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Cada día de la semana tiene una devoción tradicional. Dominio público |
Con
estas devociones diarias se nos invita a un encuentro más profundo con Dios, a
través de asignaciones que nos fortalecen
en la fe y nos acercan a la santidad. A continuación, exploramos las
devociones tradicionales para cada día y cómo pueden ayudarnos a crecer en
santidad.
Domingo
El domingo, el primer día de la semana según el cristianismo, está dedicado
principalmente a conmemorar la Resurrección de Jesús, pero tradicionalmente
también ha estado vinculado con la Santísima Trinidad. «Aunque en
un principio se intentó asignar a cada día de la semana la devoción a una de
las tres personas divinas, con el tiempo se consolidó el domingo como el día de
la Trinidad», recoge EWTN. Asimismo, el portal de esta red global
católica advierte que «este día, más allá de la alegría de la Resurrección, es
una invitación para vivir la unidad divina en nuestro día a día».
Lunes
El lunes, desde la Edad Media, es considerado un día
especial para rezar por las almas del purgatorio. Pues según
la creencia, durante la noche del sábado al domingo, las almas que sufrían en
el purgatorio recibían alivio, no obstante, al llegar el lunes, su sufrimiento
se renovaba. «Por ello, este día fue dedicado a acompañar a estar almas con
oración». De esta manera, el lunes «sigue siendo un día propicio para recordar
a los que han partido y pedir por su eterno descanso», indica EWTN.
Martes
Este día se dedica a la veneración de los
ángeles, aquellos seres celestiales que sirven a Dios y guían a las almas,
especialmente las que están en el purgatorio. «Aunque en el pasado se les
rendía homenaje el lunes, el Papa Pío V movió oficialmente esta devoción al
martes», explican. No solo como mensajeros y protectores, sino también como
modelos de obediencia y pureza, este día nos invita a reflexionar sobre la
labor de los ángeles y pedir su intercesión.
Miércoles
Alcanzada la mitad de la semana, la piedad católica ha
dedicado, durante siglos, el miércoles a recordar a los apóstoles y a
san José. «Siendo un día de gran importancia litúrgica, el miércoles nos
invita a meditar sobre los apóstoles, los primeros discípulos de Cristo, y
sobre san José, modelo de virtud y paternidad», comentan. Por tanto, el
miércoles es un día que nos recuera que los apóstoles y san José son pilares
fundamentales en nuestra fe y vida cristiana.
Jueves
En el Jueves Santo el cristianismo conmemora la
institución de la Eucaristía en la Última Cena, cuando Jesús instituyó este
sacramento vital, por ello este día está dedicado a la adoración
eucarística y a la reflexión sobre el gran misterio de la presencia real de
Cristo en ella. «Es una invitación a renovar nuestro amor y veneración por
este sacramento central de nuestra fe».
Viernes
Acercándonos al final de la semana, el viernes nos
invita a meditar sobre la Pasión de Cristo, así, es el día en que Jesús entregó
su vida por la salvación del mundo en la Cruz. «Tradicionalmente, el viernes ha
sido el día dedicado a la meditación sobre la Cruz y el Sagrado Corazón
de Jesús, recordándonos el sacrificio redentor de Cristo», subrayan. Por
esta razón, el viernes es un día para ofrecer sacrificios y unir nuestro
sufrimiento al de Cristo, con la confianza de que «dará frutos en esta vida y
en la próxima», tal y como reza las letanías de la confianza.
Sábado
Por último, el sábado se dedica de manera
especial a la Virgen María, Madre de Dios. «Este día recuerda la firmeza de
su fe durante el Sábado Santo, cuando ella permaneció confiando en Dios mientras
los demás discípulos se dispersaban», reflexiona EWTN. Así, el
sábado nos invita a seguir el ejemplo de humildad, fe y devoción de la Virgen,
al tiempo que pedimos su intercesión en nuestras vidas para seguir el camino
hacia la santidad.
Sarah Durwin
Fuente: El Debate