¿SABÍAS QUE EXISTEN 7 DEVOCIONES CATÓLICAS PARA CADA DÍA DE LA SEMANA?

Arraigadas en siglos de tradición católica, estas devociones diarias ofrecen una forma práctica de santificar el tiempo y vivir la fe de forma más intencionada durante toda la semana

Cada día de la semana tiene una devoción tradicional. Dominio público
En la tradición católica, cada día de la semana tiene un tema devocional particular. Según explica el diácono Thomas L. McDonald en la revista National Catholic Register, esta costumbre tiene sus raíces en la Iglesia primitiva, cuando hubo un aumento de Misas votivas —misas celebradas con una intención devocional específica, no ligada a una fiesta litúrgica del calendario—.


Así, del mismo modo que cada mes está dedicado a algo en particular —como mayo a la Virgen María, junio al Sagrado Corazón o agosto al Corazón Inmaculado de María—, esta asignación tradicional puede dar enfoque y estructura a la semana, de forma similar a como la Liturgia de las Horas da estructura al día.


Con estas devociones diarias se nos invita a un encuentro más profundo con Dios, a través de asignaciones que nos fortalecen en la fe y nos acercan a la santidad. A continuación, exploramos las devociones tradicionales para cada día y cómo pueden ayudarnos a crecer en santidad.

Domingo

El domingo, el primer día de la semana según el cristianismo, está dedicado principalmente a conmemorar la Resurrección de Jesús, pero tradicionalmente también ha estado vinculado con la Santísima Trinidad. «Aunque en un principio se intentó asignar a cada día de la semana la devoción a una de las tres personas divinas, con el tiempo se consolidó el domingo como el día de la Trinidad», recoge EWTN. Asimismo, el portal de esta red global católica advierte que «este día, más allá de la alegría de la Resurrección, es una invitación para vivir la unidad divina en nuestro día a día».

Lunes

El lunes, desde la Edad Media, es considerado un día especial para rezar por las almas del purgatorio. Pues según la creencia, durante la noche del sábado al domingo, las almas que sufrían en el purgatorio recibían alivio, no obstante, al llegar el lunes, su sufrimiento se renovaba. «Por ello, este día fue dedicado a acompañar a estar almas con oración». De esta manera, el lunes «sigue siendo un día propicio para recordar a los que han partido y pedir por su eterno descanso», indica EWTN.

Martes

Este día se dedica a la veneración de los ángeles, aquellos seres celestiales que sirven a Dios y guían a las almas, especialmente las que están en el purgatorio. «Aunque en el pasado se les rendía homenaje el lunes, el Papa Pío V movió oficialmente esta devoción al martes», explican. No solo como mensajeros y protectores, sino también como modelos de obediencia y pureza, este día nos invita a reflexionar sobre la labor de los ángeles y pedir su intercesión.

Miércoles

Alcanzada la mitad de la semana, la piedad católica ha dedicado, durante siglos, el miércoles a recordar a los apóstoles y a san José. «Siendo un día de gran importancia litúrgica, el miércoles nos invita a meditar sobre los apóstoles, los primeros discípulos de Cristo, y sobre san José, modelo de virtud y paternidad», comentan. Por tanto, el miércoles es un día que nos recuera que los apóstoles y san José son pilares fundamentales en nuestra fe y vida cristiana.

Jueves

En el Jueves Santo el cristianismo conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena, cuando Jesús instituyó este sacramento vital, por ello este día está dedicado a la adoración eucarística y a la reflexión sobre el gran misterio de la presencia real de Cristo en ella. «Es una invitación a renovar nuestro amor y veneración por este sacramento central de nuestra fe».

Viernes

Acercándonos al final de la semana, el viernes nos invita a meditar sobre la Pasión de Cristo, así, es el día en que Jesús entregó su vida por la salvación del mundo en la Cruz. «Tradicionalmente, el viernes ha sido el día dedicado a la meditación sobre la Cruz y el Sagrado Corazón de Jesús, recordándonos el sacrificio redentor de Cristo», subrayan. Por esta razón, el viernes es un día para ofrecer sacrificios y unir nuestro sufrimiento al de Cristo, con la confianza de que «dará frutos en esta vida y en la próxima», tal y como reza las letanías de la confianza.

Sábado

Por último, el sábado se dedica de manera especial a la Virgen María, Madre de Dios. «Este día recuerda la firmeza de su fe durante el Sábado Santo, cuando ella permaneció confiando en Dios mientras los demás discípulos se dispersaban», reflexiona EWTN. Así, el sábado nos invita a seguir el ejemplo de humildad, fe y devoción de la Virgen, al tiempo que pedimos su intercesión en nuestras vidas para seguir el camino hacia la santidad.

Sarah Durwin

Fuente: El Debate