Viajar con él
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Leti nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
El otro día
tuve que ir a Burgos y un amigo se prestó a llevarnos. Cuando nos montamos en
el coche nos dijo: “Ya lo siento, el aire acondicionado se me ha estropeado”.
La hermana que iba conmigo respondió: “No pasa nada, bajamos la ventanilla”.
A mí me recordó
a cuando era pequeña. Al bajar la ventanilla empezaba el estruendo: el viento
golpeando en la cara, tenías que hablar muy alto para lograr entendernos… Pero
lejos de incomodarme, le pedí al Señor disfrutar del viaje. Y así fue. Porque
antes se viajaba así y no pasaba nada. Ahora nos hemos acostumbrado al aire
acondicionado: no pasas calor y puedes mantener una conversación.
En la oración
le decía al Señor que nunca me acostumbre a tenerle en mi vida, que cada día
sea nuevo, que me sorprenda Su amor cada mañana. Porque dejar que la rutina
entre en nuestra fe es dejar morir nuestra vida cristiana. Cada día es nuevo y
está lleno de sorpresas por descubrir, donde podemos ver el amor del Señor en
ellas, incluso en lo adverso, en el sufrimiento, en el dolor. En todo está el
Señor con nosotros, cuando el viaje es confortable y también cuando el viaje es
incómodo.
Vemos que Jesús
en el Evangelio, cuando entraba en una casa, no pedía nada, acogía todo lo que
le daban. Jesús vivía bien cuando estaba en la casa de su amigo Lázaro y
también cuando le vemos caminando de un lugar para otro, diciendo que el Hijo
del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza. La vida de Jesús estaba en el
Padre, en hacer Su voluntad, y por ello todo lo demás era secundario.
Hoy el reto del
amor es dar gracias al Señor por todo lo que tienes en tu vida y escribir dos
mensajes a alguien que sabes lo necesita. Siembra esperanza.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
18 agosto 2025
Fuente: Dominicas de Lerma