S de silencio, P de presencia, I de invocación... "SPIRITUS" es una buena guía para una aprender a rezar una oración eficaz
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"SPIRITUS".
La oración es una piedra angular de la vida cristiana,
pero no puede darse por supuesta. "Hay que aprender a rezar",
recomendó Benedicto XVI. "Incluso
los que están muy avanzados en la vida espiritual sienten siempre la necesidad
de ponerse en la escuela de Jesús para aprender a rezar auténticamente".
La oración
nunca puede darse por descontada. Requiere perseverancia, esfuerzo y
regularidad.
En este año
2024, dedicado a la oración como preparación al Jubileo de 2025, el Papa Francisco invita a los fieles a
"redescubrir el gran valor y la absoluta necesidad de la oración en su
vida personal y en la vida de la Iglesia".
En particular,
les exhorta a "intensificar su oración". Por ello, el acrónimo SPIRITUS es
una excelente pauta para una oración densa y rica. En latín,
"spiritus" significa "aliento" y se refiere al soplo del
Espíritu Santo.
S COMO SILENCIO
Permanecer en
silencio es el primer paso hacia la oración. La oración nace del silencio,
porque necesitamos el silencio para escuchar la voz de Dios en medio de la
multitud de ruidos cotidianos: preocupaciones, tentaciones, dudas…
P COMO PRESENCIA
El paso
siguiente es ponernos en presencia de Dios, tomar conciencia de la presencia de
Dios en medio de nosotros. Dios está ahí, Dios siempre está ahí, y depende de
cada uno de nosotros abrirle la puerta de nuestro corazón.
I COMO
INVOCACIÓN
La oración es,
ante todo, un don de Dios. Es una buena idea comenzar tu oración invocando al
Espíritu Santo para recibir el don de la oración. Es también una manera de
llenarse del soplo del Espíritu mientras se reza.
R COMO REPASAR
Repasar
atentamente tu día o tu semana durante la oración te brinda una oportunidad muy
concreta de dar gracias a Dios por las gracias concedidas y de pedir perdón por
los momentos de debilidad. También es una manera de identificar los signos de
la presencia de Dios en tu vida.
I COMO INTENCIÓN
Es una buena
idea ampliar tu oración ofreciendo intenciones de oración por los seres
queridos, el mundo, la Iglesia, el Papa… Puedes encomendar al Señor personas
vivas, así como fallecidas, para que sean acogidas por Dios.
T COMO TEXTOS
SAGRADOS
Un elemento
esencial de la oración: la Palabra de Dios. Ella alimenta la oración. Es una
buena idea apoyar la oración con un texto del día o un pasaje de la Biblia.
Leerlo despacio, meditarlo, recordar una frase, nos ayuda a hacer nuestras las
palabras de Cristo y a dejar que actúen en nosotros.
U COMO UNIÓN CON
DIOS
Es un tiempo de
corazón a corazón con Dios. Un tiempo tranquilo, atento a la presencia de Dios
en nosotros y a su Palabra. Un tiempo de entrega y de amor: amar y dejarse
amar.
S COMO SALVACIÓN
Al finalizar
puedes dar gracias a Dios por este tiempo de oración y pedirle su bendición. Es
una buena idea terminar la oración con la señal de la cruz, signo distintivo de
los cristianos, que muestra el amor de Cristo que se ofreció a sí mismo por la
salvación de la humanidad.
Mathilde De Robien
Fuente: Aleteia