Durante los dos días del
Jubileo, el programa se desarrollará en cuatro etapas: “Preparar la paz; el
corazón de la paz; la paz del corazón; vivir la paz”
En
el marco de las celebraciones por los cien años de las apariciones marianas en
Portugal, se lleva a cabo un año jubilar desde el 27 de noviembre de 2016 hasta
el 26 de noviembre de este año, habiendo tenido como uno de sus momentos
principales la visita del Papa Francisco a Fátima en mayo. Precisamente en el
santuario se ha anunciado la preparación del “Jubileo de los jóvenes del
centenario de las apariciones”, que se llevará a cabo el 9 y 10 de septiembre,
con la intención de “hacer descubrir en el mensaje de María una propuesta de
espiritualidad dirigida a los jóvenes del siglo XXI”.
Centrado
en el tema: “El secreto de la paz, el camino del corazón”, este encuentro está
destinado a jóvenes de 16 a 35 años, y será realizado en colaboración con el
Departamento nacional de la Pastoral juvenil, incluyendo las secretarías
diocesanas y los movimientos católicos. “En Fátima subsiste un secreto, que
aquí cada uno puede descubrir dentro de sí mismo: el secreto del propio ser”,
afirmó el padre José Nuno Silva presentando esta iniciativa.
Durante
los dos días del Jubileo, el programa se desarrollará en cuatro etapas:
“Preparar la paz; el corazón de la paz; la paz del corazón; vivir la paz”. La
tarde del 9 de septiembre se presentarán canciones compuestas utilizando escritos
de sor Lucia. También se realizará una transmisión en directo que irá en onda
toda la noche, caracterizada por “una profunda experiencia de silencio en
camino” recorriendo las estaciones del Vía Crucis hasta llegar a la basílica de
la Santísima Trinidad al surgir del sol para una reflexión conclusiva. La
mañana del 10 de septiembre, los jóvenes se reunirán para rezar el rosario,
asistir a la misa, a la ceremonia de bendición del Jubileo y a una procesión.
“Que,
con la protección de María, seamos en el mundo centinelas que sepan contemplar
el verdadero rostro de Jesús Salvador, que brilla en la Pascua, y descubramos
de nuevo el rostro joven y hermoso de la Iglesia, que resplandece cuando es
misionera, acogedora, libre, fiel, pobre de medios y rica de amor”.
RC
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