Los olores
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Salí a cerrar
la reja de la iglesia; ¡qué bien olía! En el pueblo hay una fábrica de
bizcochos, y hay días en los que el aire se impregna de su aroma. Me encanta
ese olor dulce que despierta el apetito y casi permite saborear el bizcocho.
Otro de los
olores que impregnan el ambiente en este pueblo, es el de las cochineras. Hay
un lugar con cerdos, y cuando limpian y sopla el viento… corremos a cerrar las
ventanas para que no entre en las celdas. No es recomendable inspirar
profundamente cuando esto ocurre.
Los olores… el
corazón los identifica bien. Hay olores en la vida que nos gustan, que nos
hacen sentir bien, y otros que rechazamos.
Hay momentos de
olor a bizcocho, en los que todo va bien: queremos retenerlos, saborearlos,
respirarlos con profundidad.
Hay otros
momentos “de cochinera”, cuando todo nos huele mal y queremos cerrar las
ventanas para que no se nos cuele dentro.
Cristo te
permite estar en contacto con todo lo que huele mal sin que te impregne.
Transforma tus dificultades abrazándolas, haciéndolas suyas.
Jesús se hizo
presente en las cochineras de la pobreza de los pastores, del dolor de los
rechazados, de la incertidumbre de los enfermos…
Tu felicidad no
depende del olor que percibes a tu alrededor, sino de vivir del Amor que
permanece. A veces nos quedamos en las limitaciones, sin embargo, en Cristo
—aunque las circunstancias sean las mismas— por dentro hace que huela bien, Él
transforma todo.
Cuando
permaneces en ese olor que disgusta dándole la mano a Cristo, descubrirás el
olor a bizcocho dentro de ti que lo transforma todo: saberte sostenido, ver el
bien que brota de lo difícil, los cambios en las personas…
No dependerás
del olor exterior, sino que vivirás de Cristo, dejándote sostener por Él. Y
serás tú quien lleve el olor a bizcocho a los que están cerca de ti.
VIVE DE CRISTO.
¡Feliz día!
12 octubre 2025
Fuente: Dominicas de Lerma