«Será solo una vez», «hay más oportunidades», «estaréis todos mejor...»
![]() |
| Freepik / senivpetro. |
¿Por qué los
católicos aceptan en mayor grado el divorcio que el aborto? Es una de las
preguntas en las que reflexionaba la escritora Laura Miller cuando llegó a la sorprendente conclusión
de que los argumentos empleados para justificar uno, también lo son para
defender el otro.
Aquel
pensamiento llevó a la escritora a preguntarse por qué “jamás usaríamos esos
argumentos comunes para convencer a una mujer de abortar, pero sí
para empujar a un cónyuge al divorcio y la muerte de una
familia”. En su caso, la respuesta fue simple pero directa: “El enemigo nos
está utilizando y ni siquiera lo reconocemos”.
Es por ello que
la escritora renovó su llamado a “oponerse a la muerte del matrimonio con
la misma firmeza con que nos oponemos a la muerte de los no nacidos”,
invitando a que las palabras dirigidas al próximo sean “de ayuda, sanación y
verdad, estemos con una mujer que esté considerando un aborto o con una pareja
que esté considerando el divorcio”.
Con el objetivo
de comprometerse “plenamente con la ley moral de Dios y luchar por la verdad en
todo momento”, Miller invita a la reflexión a través de los 7
argumentos comunes para una y otra práctica:
1º Devolver
la libertad: ¿Al niño o al cónyuge?
Uno de los
primeros argumentos comunes es el de la libertad. Mencionó una
ocasión en que escuchó a una mujer partidaria del aborto explicar que sentía
que estaba devolviendo a las mujeres a la libertad tras la
masacre de sus hijos no nacidos.
"Les
devuelvo la vida", dijo la chica. El divorcio también se presenta
como "libertad" para el cónyuge que sufre, quien
también se describe como la recuperación de su vida.
2º No será
más que un recuerdo: “Una vez y se acabó”
Otro de los
argumentos que se tienden a ofrecer para recomendar el divorcio es que, una vez
suceda, comienza el proceso de superación y terminará por no
ser más que un recuerdo.
“Abortar a tu
propio hijo es naturalmente repulsivo, pero puede hacerse más llevadero
si se presenta como algo único. El aborto es duro, según la teoría, pero
una vez superado, estarás bien. Simplemente supéralo y saldrás aliviada y
feliz. El dolor será un recuerdo lejano y no habrá efectos adversos a largo
plazo. El mismo argumento engañoso se utiliza para el divorcio”.
3º Tendrás
otra oportunidad en un momento más adecuado
Otro argumento
empleado para aconsejar el divorcio e igualmente válido para el aborto es el de
que habrá más oportunidades de tener un matrimonio -o un hijo- en
el futuro, pero que el actual es un bebé -o matrimonio- que no estaba destinado
a ser exitoso, que el bebé -o el matrimonio- tenía demasiados problemas, llegó
en el momento equivocado, se es joven, inmaduro o sin recursos y, por
desgracia, tiene que terminar.
“¡Pero hay una
próxima vez!”, se dice: “Puedes seguir adelante, volver a intentarlo,
tener una segunda oportunidad cuando seas mayor, madura, sabia, estable o con
más conocimiento. Lo mismo con este matrimonio: termina este, el que tiene
tantos problemas. Sigue adelante e inténtalo de nuevo con esa próxima
oportunidad para que todo salga bien”.
4º “Mereces
ser feliz, Dios no querría que sufrieras”
A nadie se le
escapa que, cuando un embarazo no se considera "deseado" o un
matrimonio no resulta como debiera, el sufrimiento puede ser elevado. Un
sufrimiento que muchas veces se emplea como argumento para “despojarnos de
nuestras cruces y buscar la felicidad temporal en lugar de la santidad”.
Especialmente
en un mundo nihilista, donde “la perspectiva de muchos años oscuros
por delante parece una cruz demasiado difícil de soportar, especialmente en una
cultura donde el sufrimiento debe evitarse a toda costa. "Está bien
abortar (o divorciarse)", dicen amigos y familiares, "porque mereces
ser feliz. Dios no querría que sufrieras".
La tentación de
despojarnos de nuestras cruces y buscar la felicidad temporal en lugar de la
santidad es una trampa tan antigua como el primer susurro de la serpiente a
Eva.
5º Será lo
mejor para todos
De nuevo es un
argumento que se rechaza en el caso del aborto de forma más sencilla que en el
del divorcio.
En muchos
casos, se dice que el aborto será lo mejor para la madre, para el cónyuge, para
los padres e hijos que ya tiene la embarazada, incluso para el bebé fallecido,
empleando el dudoso argumento de que, quitándole la vida, dejará de sufrir.
“El divorcio,
nos dicen, también es mejor para ti, tu familia y amigos, y
especialmente para los niños. Los hijos de hogares desestructurados
están mucho mejor y les va de maravilla, a pesar de la evidencia empírica y las
ciencias sociales que demuestran lo contrario”.
6º Del
"conjunto de células" al "matrimonio inválido"
La escritora
también observa un creciente recurso al argumento del “matrimonio inválido”,
tomado a la ligera como en el aborto se dice que el bebé es tan solo coágulos
o conjuntos de células. Al repetir que “no es un matrimonio
válido”; dice Miller, “son palabras que, psicológicamente, allanan el
camino y la conciencia para que el aborto o el divorcio sigan adelante. Después
de todo, si no se destruye nada real ni valioso, ¿cuál es el problema moral?”.
7º Todo
empieza por el aborto -y divorcio- en el caso extremo
Otro de los
argumentos comunes es el de la casuística especialmente compleja o particular.
Así, quienes pretenden justificar o recomendar el aborto lo hacen también amparándose
en “casos difíciles” como la violación, el incesto o mantener a salvo
la vida de la madre. Algo que, en el divorcio, también tiene su contrapartida,
como pueden ser entre otras cosas, casos de abuso o maltrato.
“La Iglesia, y
la razón por sí sola, ofrecen excelentes respuestas; sin embargo, quien plantea
la pregunta generalmente intenta silenciar el debate sobre estos temas para
mantener el statu quo”, agrega.
Fuente:
ReligiónenLibertad
