Afirma que su vida es "estupenda" y que ha tenido "la mejor familia que uno puede soñar"
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Álvaro (sentado a la derecha) junto a su familia. Dominio público |
Álvaro Ferraro es sevillano. Tiene 30 años y ha creado cuatro empresas. Se marchó a Madrid en el año 2013 para estudiar la carrera. Durante ese tiempo creó el grupo de chat de los sevillanos en Madrid. Ha tenido una vida de ejecutivo, y también unas pocas de novias. Acaba de entrar al seminario y ABC cuenta su historia.
Después de toda una vida emprendiendo "Dios llama y hay que decirle que sí". Por eso, aunque está en el inicio de su formación y "no sabe aún" si finalmente logrará hacerse sacerdote ya que, de momento, sólo da el paso de entrar en el seminario, parece tenerlo muy claro.
Solo va de amor
Procede de una familia católica y estudió en un colegio religioso, pero durante muchos años permaneció alejado de la iglesia. Sobre todo desde que se marchó a estudiar. "Soy un tío muy normal, que me encanta salir, pasármelo bien, ligar… lo normal", dice. Su acercamiento a la Iglesia viene de Hakuna, el grupo que le cambió la vida y le hizo ver "que hay hueco" para todos.
"Esto solo va de amor, que Dios perdona todo y no hay nada más importante", recalca. Y parece tan contento que ha decidido colgar un mensaje en las redes sociales, anunciado su decisión y explicando sus razones para dar este paso tras un año intenso en el que dice no haberse perdido ni un solo plan.
Afirma que su vida es "estupenda" y que ha tenido "la mejor familia que uno puede soñar" y pone como ejemplo a sus padres, abuelos y hermanos. Y también admite tener un trabajo que le encanta y en el que no le ha ido mal. "No soy Amancio Ortega, pero emprendo", asegura.
Incluso recuerda que ha tenido "novias increíbles" (con una de ellas estuvo seis años saliendo) con las que ha "crecido, madurado y también sufrido". Sin embargo ahora dice haber sentido la llamada de Dios que le está pidiendo "que lo deje todo".
De hecho en un proceso de selección para una empresa le preguntaron que quería ser de mayor y contestó "santo", una respuesta que al parecer no gustó. Sin embargo lo tiene muy claro pese a ser "un pecador" y parece estar convencido.
"Sí, sí, estoy seguro de que Dios me ha llamado. ¿Para ser sacerdote? No lo sé aún. Pero sé que este es el camino. Confío en que es lo que Él quiere para mí: la felicidad de mi vida. Por eso doy este paso, sin duda ni titubeo. ¿Y si me equivoco, si no puedo? Pues oye… no pasaría nada. Veremos", explica.
Su idea es seguir "riéndose" de todo y "bebiendo" sus copitas para disfrutar de la vida como hacía hasta ahora en el camino del Rocío con la hermandad de Triana. Durante los próximos dos años no podrá peregrinar porque estará en el seminario aunque soñando con volver "con el alzacuello o sin él".
Fuente: ReL