10 FRASES INSPIRADORAS DEL PAPA LEÓN XIV EN LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA “DILEXI TE”

Este 9 de octubre fue presentada la primera exhortación apostólica del Papa León XIV titulada Dilexi te, sobre el mandato de Cristo de amar a los pobres y que nació de un proyecto iniciado por su predecesor, el Papa Francisco.
La exhortación apostólica "Dilexi te" fue publicada este jueves
Crédito: Daniel Ibañez/ EWTN News. Dominio público

En ese sentido, presentamos a continuación algunas de las frases más inspiradoras del primer documento pontificio de León XIV:

   1.       Considero necesario insistir sobre este camino de santificación, porque en el “llamado a reconocerlo en los pobres y sufrientes se revela el mismo corazón de Cristo, sus sentimientos y opciones más profundas, con las cuales todo santo intenta configurarse”.

2.   Aún persiste —a veces bien disimulada— una cultura que excluye a los demás sin siquiera notarlo, y tolera con indiferencia que millones de personas mueran de hambre o vivan en condiciones indignas del ser humano.

3.   El hecho de que el ejercicio de la caridad resulte despreciado o ridiculizado, como si se tratase de la fijación de algunos y no del núcleo incandescente de la misión eclesial, me hace pensar que siempre es necesario volver a leer el Evangelio, para no correr el riesgo de sustituirlo con la mentalidad mundana. 

4.    Es innegable que el primado de Dios en la enseñanza de Jesús va acompañado de otro punto fijo: no se puede amar a Dios sin extender el propio amor a los pobres. El amor al prójimo representa la prueba tangible de la autenticidad del amor a Dios.

5.  Cuando la Iglesia se arrodilla para romper las nuevas cadenas que aprisionan a los pobres, se convierte en signo de la Pascua.

6.   Los mendicantes se han convertido en un signo de una Iglesia peregrina, humilde y fraterna, que vive entre los pobres no por estrategia proselitista, sino por identidad. Enseñan que la Iglesia es luz sólo cuando se despoja de todo, y que la santidad pasa por un corazón humilde y volcado en los pequeños.

7.  O reconquistamos nuestra dignidad moral y espiritual, o caemos como en un pozo de inmundicia.

8.  El cristiano no puede considerar a los pobres sólo como un problema social; estos son una “cuestión familiar”, son “de los nuestros”. Nuestra relación con ellos no se puede reducir a una actividad o a una oficina de la Iglesia. 

9.   El amor es ante todo un modo de concebir la vida, un modo de vivirla. Pues bien, una Iglesia que no pone límites al amor, que no conoce enemigos a los que combatir, sino sólo hombres y mujeres a los que amar, es la Iglesia que el mundo necesita hoy.

P Permanecer en el mundo de las ideas y las discusiones, sin gestos personales, asiduos y sinceros, sería la perdición de nuestros sueños más preciados. Por esta sencilla razón, como cristianos, no renunciamos a la limosna.

Por Victoria Cardiel