CÓMO LA RESTAURACIÓN DE UNA IGLESIA EN ASTURIAS HA DEVUELTO LA VIDA A LA TRADICIONAL FIESTA SACRAMENTAL

Tras más de dos décadas sin celebrarse, la fiesta Sacramental volvió a reunir a los fieles en Cabrales gracias a la restauración de su iglesia Santa Eulalia
Fieles de Cabrales celebrando la Sacramental. Cedida
Dominio público

En Asturias, muchas parroquias conservan todavía una de sus tradiciones más singulares: la fiesta Sacramental. Nacida como prolongación del Corpus Christi, esta celebración se ha convertido en el verdadero eje festivo de numerosos pueblos del norte de España. 

Entre campanas, alfombras de flores y procesiones eucarísticas, los vecinos convierten esta jornada en el «día grande» de la parroquia, donde lo sagrado se entrelaza con la alegría popular.

Así sucedió el pasado 7 de agosto, cuando la parroquia de Santa Eulalia, en Cabrales (Asturias), recuperó esta tradicional fiesta tras más de veinte años sin celebrarse. «La vuelta de esta celebración con todo su esplendor se debe al impulso de los campos de trabajo de los universitarios», indicó agradecido el padre Daniel Rojo, cabraliego de origen, capellán de la Universidad CEU San Pablo y responsable de promover varias tandas de misiones con el objetivo de renovar la vida de los templos, muchos de ellos deteriorados.

«Ve, Francisco, repara mi Iglesia. ¿No ves que se hunde?»

Esta iniciativa comenzó hace cuatro veranos, de la mano del padre Daniel, quien, preocupado por el deterioro y la dejadez de las parroquias, propuso a un grupo de alumnos y profesores de la universidad la restauración integral de diferentes templos para recuperar toda la belleza que un día poseyeron, tal como señala la página web del proyecto Patrimonio que da Vida.

En julio de 2022 acometieron la pintura del interior del templo y, este verano, movidos nuevamente por el lema Ve, Francisco, repara mi Iglesia. ¿No ves que se hunde?, han enlosado el acceso a la parroquia de Santa Eulalia, que aglutina los núcleos de Pandiello, Puertas y El Escobal. «Como universitarios en el mundo y cristianos comprometidos, vivimos apasionados por la realidad. Una vez que nuestro capellán nos presentó la necesidad que atravesaba este rincón del mundo rural, nos lanzamos de cabeza en cada edición», comentó a El Debate Marcos García, doctorando en Bioética y coordinador general de esta iniciativa.

in embargo, su labor no se ha limitado a la restauración de edificios: también han acompañado a ancianos en centros asistenciales de la zona. Por ello, esta misión no solo ha acometido obras materiales, sino que ha generado un movimiento de fe y comunidad gracias al cual se ha podido recuperar la fiesta Sacramental, una forma en que las comunidades rurales han adoptado el Corpus Christi en su calendario festivo local, dotándolo de un carácter propio.

La reanudación de una fiesta centrada en Cristo Eucaristía

Desde el siglo XVI, el Concilio de Trento impulsó la adoración eucarística, y muchas parroquias en distintos puntos de España comenzaron a organizar fiestas propias en honor al Santísimo Sacramento, en fechas distintas al Corpus oficial, adaptándolas a sus calendarios y costumbres locales.

En Asturias y otras regiones rurales, estas fiestas se documentan desde los siglos XVI y XVII, coincidiendo con el auge de las cofradías del Santísimo Sacramento, que eran quienes organizaban las procesiones, altares y celebraciones. Tal fue su impacto que, incluso en zonas como Cué (Llanes), esta fiesta ha sido declarada de interés turístico regional.

«Esta celebración anhela ser en tantos pueblos asturianos ese día que brillaba más que el sol; la jornada para honrar a Jesús Sacramentado, para mirar al Pan de Vida al mismo tiempo que el sol anima la siega y nos invita al reposo», apunta un blog católico acerca de esta fiesta.

En Santa Eulalia de Cabrales partían de la dificultad de que el párroco, don Pedro, va camino de cumplir 90 años y se encarga de la atención de 14 parroquias en una zona como es Picos de Europa. Sin embargo, gracias a la iniciativa de Pastoral y Voluntariado CEU USP muchas personas se han podido poner al servicio y los frutos comienzan a llegar.

Así, esta rehabilitación material en un pequeño pueblo de Asturias ha impulsado la recuperación espiritual de una tradición secular. «Saber que el broche de oro del curso académico —tras mucho esfuerzo de organización—, que es la experiencia del Campo de Trabajo, tiene un efecto tan esperanzador en las comunidades locales, nos anima a continuar», indica Javier Lorenzo, alumno de Farmacia y otro de los coordinadores generales de esta misión.

Ahora, los fieles de Cabrales pueden decir, junto con aquellos discípulos de Emaús: «¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» (Lc 24,32). Porque cuando Jesús Eucaristía vuelve a resonar en cada persona, hasta los pueblos más pequeños se convierten en lugares donde la Iglesia late con fuerza.

Sarah Durwin
Fuente: El Debate