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Fieles de Cabrales celebrando la Sacramental. |
En Asturias, muchas parroquias conservan todavía una de sus tradiciones más singulares: la fiesta Sacramental. Nacida como prolongación del Corpus Christi, esta celebración se ha convertido en el verdadero eje festivo de numerosos pueblos del norte de España.
Entre campanas, alfombras de flores y procesiones
eucarísticas, los vecinos convierten esta jornada en el «día grande» de la
parroquia, donde lo sagrado se entrelaza con la alegría popular.
Así sucedió el pasado 7
de agosto, cuando la parroquia de Santa
Eulalia, en Cabrales (Asturias), recuperó esta tradicional fiesta tras más
de veinte años sin celebrarse. «La vuelta de esta celebración con todo su esplendor
se debe al impulso de los campos de trabajo de los universitarios», indicó
agradecido el padre Daniel Rojo,
cabraliego de origen, capellán de la Universidad CEU San Pablo y responsable de
promover varias tandas de misiones con el objetivo de renovar la vida de los
templos, muchos de ellos deteriorados.
«Ve,
Francisco, repara mi Iglesia. ¿No ves que se hunde?»
Esta iniciativa comenzó
hace cuatro veranos, de la mano del padre Daniel, quien, preocupado por el deterioro y la dejadez de las
parroquias, propuso a un grupo de alumnos y profesores de la universidad la
restauración integral de diferentes templos para recuperar toda la belleza que
un día poseyeron, tal como señala la página web del proyecto Patrimonio que da Vida.
in embargo, su labor no
se ha limitado a la restauración de edificios: también
han acompañado a ancianos en centros asistenciales de la zona. Por ello,
esta misión no solo ha acometido obras materiales, sino que ha generado un
movimiento de fe y comunidad gracias al cual se ha podido recuperar la fiesta
Sacramental, una forma en que las comunidades rurales han adoptado el Corpus Christi en su calendario festivo
local, dotándolo de un carácter propio.
La
reanudación de una fiesta centrada en Cristo Eucaristía
Desde el siglo XVI, el Concilio de Trento impulsó
la adoración eucarística, y muchas parroquias en distintos puntos de España
comenzaron a organizar fiestas propias en honor al Santísimo
Sacramento, en fechas distintas al Corpus oficial, adaptándolas a sus
calendarios y costumbres locales.
En Asturias y otras
regiones rurales, estas fiestas se documentan desde los siglos XVI y XVII, coincidiendo con el auge
de las cofradías del Santísimo Sacramento, que eran quienes organizaban las
procesiones, altares y celebraciones. Tal fue su impacto que, incluso en zonas
como Cué (Llanes), esta fiesta ha
sido declarada de interés turístico regional.
«Esta celebración
anhela ser en tantos pueblos asturianos ese día que brillaba más que el sol; la
jornada para honrar a Jesús Sacramentado,
para mirar al Pan de Vida al mismo tiempo que el sol anima la siega y nos
invita al reposo», apunta un blog católico acerca de esta fiesta.
En Santa Eulalia de
Cabrales partían de la dificultad de que el párroco, don Pedro, va camino de
cumplir 90 años y se encarga de la atención
de 14 parroquias en una zona como es Picos de Europa. Sin embargo,
gracias a la iniciativa de Pastoral y Voluntariado CEU USP muchas personas se
han podido poner al servicio y los frutos comienzan a llegar.
Así, esta
rehabilitación material en un pequeño pueblo de Asturias ha impulsado la
recuperación espiritual de una tradición secular. «Saber que el broche de oro
del curso académico —tras mucho esfuerzo de organización—, que es la
experiencia del Campo de Trabajo,
tiene un efecto tan esperanzador en las comunidades locales, nos anima a
continuar», indica Javier Lorenzo,
alumno de Farmacia y otro de los coordinadores generales de esta misión.
Ahora, los fieles de
Cabrales pueden decir, junto con aquellos discípulos de Emaús: «¿No ardía
nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino y nos
explicaba las Escrituras?» (Lc 24,32). Porque cuando Jesús
Eucaristía vuelve a resonar en cada persona, hasta los pueblos más
pequeños se convierten en lugares donde la Iglesia late con fuerza.