"La grandeza no es hacer cosas heroicas, sino en responder al llamado que todos tenemos con generosidad y con ilusión"
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Pablo Sánchez/ReL |
Pablo Sánchez Bergasa recibió este
miércoles en el Liceo de Barcelona el Premio Princesa
de Girona Social 2025. La ceremonia no tuvo lugar en Gerona por
la hostilidad del ayuntamiento, de línea independentista, hacia la fundación
del mismo nombre que preside la Princesa Leonor. Al acto acudió la
Familia Real al completo, encabezada por Felipe VI.
El premiado es
un ingeniero pamplonica nacido en 1993 que a través de su
asociación Medicina Abierta al Mundo busca
la igualdad de oportunidades en el acceso a la tecnología médica.
El proyecto por
el que ha recibido el galardón, entre casi medio millar de presentados,
facilita incubadoras para bebés a un coste muy reducido: en torno a
350 euros, frente a los 35.000 de una incubadora profesional.
"Levanta
la mirada"
Pablo explicó
ante los asistentes que llenaban el Liceo que era un joven
"distraído" y "anestesiado" por las redes sociales y los
videojuegos hasta que decidió "levantar la mirada". Y vio que
había bebés "que eran descartados y los dejaban morir por
no tener una incubadora, por no tener la suerte que tenemos nosotros de vivir
en un país con recursos".
Se pusieron en
marcha para ofrecer "una alternativa" y en el camino ha habido
"dificultades, sufrimiento y frustración", dijo Sánchez Bergasa, pero
por encima de todo eso descubrieron que "la vida es bella":
"La grandeza no es hacer cosas heroicas, sino en responder al llamado
que todos tenemos con generosidad y con ilusión".
Y ofreció esta
recomendación: "Empieza levantando la mirada. A mí me ayudó mucho
levantarla hasta el Cielo y descubrir un Dios al que toda belleza apunta".
"Papá, mamá", añadió dirigiéndose a ellos, presentes en el teatro,
"de vosotros aprendí que la vida entregada es la vida mejor.
Gracias por darme la vida".
Por último,
Pablo concluyó diciendo a los presentes: "Todos tenéis el regalo de vivir.
¿Qué vais a hacer con vuestra vida? Levanta la mirada, que la vida
es bella".
Un millón y
medio de niños a los que salvar
El prototipo de
las incubadoras, una idea de Alejandro Escario en un proyecto
de la Universidad San Pablo CEU, nació en 2017 y es ahora utilizado para paliar
la tragedia del millón y medio de bebés prematuros que mueren cada año
en países pobres por nacer sin acceso a una incubadora.
Pablo inició el
proyecto en Madrid y lo continuó en Pamplona incorporando a la tarea a empresas
y colegios de salesianos. Fabrican las incubadoras en su tiempo libre y
entusiasman con la idea a jóvenes estudiantes de formación
profesional de mecánica y electricidad. La primera versión fue de 2020
y desde entonces han ido mejorándola.
En el 27º
Congreso Nacional Provida celebrado el pasado mes de marzo en la
Universidad San Pablo CEU de Madrid, Pablo contó un caso en un hospital
de Camerún, donde nació un bebé de 500 gramos al
que taparon con una sábana para que muriese. Pero justo había llegado una de
las incubadoras de Medicina Abierta al
Mundo y la niña sobrevivió: "Un año después fui
allí a llevar más incubadoras y aproveché para poder coger esa bebé en mis
manos. Se llama Zoe. Pude conocer a la madre. Me preguntó si yo
tenía hijos, le dije que no y me dijo '¿A qué esperas, si
es lo mejor?'".
Hasta el
momento han repartido más de doscientas, la mayoría en África pero
también en Hispanoamérica, Ucrania e incluso Nepal, donde pudieron llevarlas
unos sherpas escalando, dado su reducido tamaño. Treinta países se
han beneficiado ya de esta innovación tecnológica y provida.
- Las palabras de Pablo Sánchez Bergasa al recibir el premio.
Jesús M.C.
Fuente: ReligiónenLibertad