La experiencia de su amor
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
No sería la
primera vez que me toca hacer legumbres y me olvido de ponerlas a remojo la
noche anterior… Las veces que me ha sucedido esto, termino haciendo lentejas,
porque, como son más pequeñas que los garbanzos o las alubias, con un ratito en
agua es suficiente.
Desde mis
comienzos en el monasterio, mis superiores me han alumbrado con este sencillo
ejemplo: “¿Qué se hace cuando los garbanzos están duros? Se ponen a remojo…
Pues lo mismo necesitamos nosotros cuando nos encontramos con el corazón
endurecido o ante alguna situación que no sabemos cómo enfocar…”
Y nuestra
“agua” donde ablandarnos es acudir a los pies del Señor. Él está vivo y real en
la Eucaristía, en el Sagrario. Es Él, el mismo que curaba a los enfermos, que
resucitó muertos, que enseñaba a sus discípulos. ¡Es Él! El mismo que resucitó
y que se apareció a sus discípulos, y lo reconocieron “al partir el pan”. Todo
esto continúa sucediendo hoy, porque “Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y
siempre” (Hb 13,8).
Si de verdad lo
queremos experimentar, tan solo tenemos que hacer lo mismo que aquellos que se
dejaron transformar por Él: ponían a los enfermos a sus pies, lo buscaban y
escuchaban sus palabras…
Esto es una
forma de orar: acudir al Señor llevando entre las manos aquello que llevo en el
corazón, y dejarlo en Él, una y otra vez. Le entregamos lo nuestro, para que su
Amor nos ablande, y Él nos fortalece. Es nuestro desapropio: se lo damos a Él,
y Él se hace cargo. Lo cual no significa que nos desentendamos, sino más bien
que confiamos en Quien sí puede con ello, y así aguardamos sus promesas, con la
certeza de que lo que le entregamos, Él nos lo devolverá resucitado.
Hoy, el reto
del amor es “poner los garbanzos a remojo”. Cuando dejamos que sea Él quien nos
ablande, esta experiencia de su Amor queda grabada a fuego en nuestro interior.
Entonces, Cristo deja de estar solo en mi cabeza y pasa al corazón.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
24 julio 2025
Fuente: Dominicas de Lerma