Al final del Ángelus en Castel Gandolfo, el Papa León XIV pide no olvidarse de rezar por todos los que se encuentran "en estado de sufrimiento y necesidad" a causa de los conflictos
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El Papa León XIV durante el rezo del Ángelus desde la Plaza de la Libertad de Castel Gandolfo. ´Foto: Vatican News. |
Y recuerda la beatificación que tuvo lugar ayer en
Barcelona del marista Licarion May, asesinado por odio a la fe a principios del
siglo XX, y dio las gracias a todos los animadores y educadores que se ocupan
de niños durante los meses de verano.
"Hermanos y hermanas, no olvidemos rezar por la
paz y por todos aquellos que, a causa de la violencia y de la guerra, se
encuentran en estado de sufrimiento y necesidad". Es este el pensamiento
del Papa - tras la catequesis del Ángelus - por todos los pueblos aplastados por
los conflictos. Aquellos a los que, en la Misa anterior en la parroquia de
Santo Tomás de Villanueva, comparó con el moribundo y herido de la parábola del
Buen Samaritano, «desposeídos, robados y saqueados, víctimas de sistemas
políticos opresores, de una economía que les obliga a la pobreza, de la guerra
que mata sus sueños y sus vidas».
"Feliz de estar en Castel Gandolfo"
De pie en
el escenario rojo instalado ante la puerta del Palacio Apostólico - el mismo
que utilizaron en el pasado sus predecesores -, al que llegó caminando desde la
parroquia de Santo Tomás de Villanueva hacia las 11.30 horas, León XIV pidió
seguir rezando por la paz y por la gente. Después, se declaró «feliz» de
estar en Castel Gandolfo y agradeció a todos «la calurosa acogida» recibida.
El testimonio del nuevo beato Licarion May
También ha
recordado la beatificación celebrada ayer en Barcelona de Licarion May, nacido
François Benjamin, hermano marista asesinado durante las revueltas populares de
1909 «en odio a la fe y en circunstancias hostiles». «Vivió con pasión y
valentía su misión educativa» en medio de los más pobres, recuerda el Papa, que
pide que su testimonio «sea un estímulo para todos», especialmente para quienes
trabajan en el campo de la educación.
Gracias a los animadores y educadores de los
más jóvenes
Y siempre
mirando a ese mundo -el de la educación- hecho de nociones, ideas y propuestas,
de conocimientos aprendidos y luego transmitidos, el Pontífice da las gracias a
los animadores y educadores que pasan los meses de verano junto a niños y
jóvenes. En este contexto, define como una «iniciativa importante» el Giffoni
Film festival, el festival de cine de la zona de Salerno que cada año reúne a
chicas y chicos, algunos muy jóvenes, de todo el mundo. La edición de este año
está dedicada al tema «Llegar a ser humano»: comenzará el 17 de julio, pero ya
ha recibido la «bendición» del Obispo de Roma.
Aplausos a los carabineros que "sirven" a la patria y a la
sociedad
Al término
del Ángelus, el Papa León se dirige a la plaza, abarrotada desde la mañana por
miles de fieles colocados tras las barreras o en los balcones, bajo un cielo
primero soleado y luego nublado. En sus saludos pasa revista a los grupos
presentes: los participantes en el curso de verano de la Academia Litúrgica de Polonia,
los peregrinos de la Parroquia de San Pedro Apóstol de la diócesis de Alcalá de
Henares, que celebra su 400 aniversario; las monjas agustinas en formación a
las que ofrece una sonrisa y una mirada de comprensión; el coro de niños de la
Académie Musicale de Liesse de Francia, a los que da las gracias por «el
compromiso que lleváis a cabo con el canto y la música. En particular, el Papa
dedicó unas palabras a los alumnos del Curso de Carabinieri de la Escuela de
Velletri, que lleva el nombre del Venerable Salvo D'Acquisto: «Os animo a
continuar vuestro camino al servicio de la patria y de la sociedad civil»,
dijo. Y pide a la multitud un «fuerte aplauso para los que sirven».
Saludo a la gente
Al final
del Ángelus, el Pontífice se dirige a las primeras filas para un saludo
personal a todos los presentes. Más apretones de manos, caricias, bendiciones,
al final de una mañana que comenzó con la «inmersión» en el corazón de esta
ciudad del Lacio, feliz de ver al Sucesor de Pedro caminar una vez más entre sus
murallas, sus calles, sus senderos lacustres.
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
Fuente:
Vatican News