El purpurado guineano subraya: «El hombre no es grande más que cuando se arrodilla delante de Dios»
![]() |
El último libro del cardenal Robert Sarah acaba de ser traducido al español. Dominio público |
El cardenal Robert Sarah ha seguido la estela y acaba de publicar en español ¿Dios existe? (editorial Palabra), donde da respuesta a 40 preguntas que le formula el editor italiano David Cantagalli. El arzobispo emérito de Conakry y prefecto emérito de la congregación vaticana para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos alerta de «la pretensión de crear una nueva religión mundial sin Dios, sin dogmas ni moralidad; una nueva religión de César que permita, a nivel político, unir a todos los pueblos, naciones y culturas en una única masa, sujeta a una gobernanza mundial».
El peligro, para el cardenal Sarah, estriba
en que se pondría fin «a las soberanías nacionales, del mismo modo que el
comunismo buscaba eliminar la propiedad privada, despojando al mismo tiempo al
hombre de su dignidad personal para
hacerle el engranaje anónimo de
una monstruosa máquina política».
Estas intenciones se habrían comprobado en «la gestión
internacional de la pandemia de Covid-19», que «ha mostrado algunos de los rasgos más inquietantes del poder que un pequeño grupo, protegido
por grandes organizaciones internacionales, a las que a su vez llega a condicionar, ejerce sobre la vida de los pueblos y de los
individuos».
«Atrapado por el hondo silencio»
El cardenal Sarah también recurre a vivencias personales, como cuando rememora su infancia: «Yo entré en el seminario cuando tenía once años y una parte fundamental de mi formación corresponde a los padres de la congregación del Espíritu Santo». «Muchas, muchas veces he sido atrapado por el hondo silencio que reinaba en la iglesia durante la oración de los padres.
Al principio, me ponía
al fondo y, mirando a esos hombres, me preguntaba qué hacían de rodillas o
sentados en la penumbra y por qué no decían nada». Desde ese momento entendió
que «existe una auténtica forma de heroísmo, de grandeza y de nobleza en esta
vida de oración regular. El hombre no es grande más que cuando se
arrodilla delante de Dios».
«He
buscado las respuestas en mi historia personal y en mi corazón, en el
Magisterio de la Iglesia», explica el cardenal Sarah en las páginas del libro.
Para el purpurado, la crisis de fe que
afecta a la Iglesia católica actualmente es «la
más profunda y crucial de todas». Pese a ello, el prefecto emérito
afirma que aquellos que entregan su vida a Dios hoy lo hacen con una intención
«seria y radical». La fidelidad a la tarea divina a lo largo del tiempo es cada
vez más difícil «en un contexto cultural cada vez más hostil», reconoce.
¿Hay
errores en la Iglesia? Por supuesto que sí, admite el purpurado, pero nadie
debe caer en la tentación de crear una «nueva Iglesia». «Ya se intentó y se
fracasó. Tenemos que amar esta Iglesia,
sufrir con ella y por ella, y reconocer que en ella subsiste la Iglesia de Dios
y que de ella recibimos todos los medios
para la salvación, de la que tenemos una extrema necesidad», concluye.
Álex Navajas
Fuente: El Debate