QUÉ ES EL ÁNGELUS Y POR QUÉ REZARLO TE CAMBIA EL DÍA

El Ángelus es una breve oración que recuerda la Encarnación de Cristo, y según la Tradición de la Iglesia, rezarla a diario permite conectar el trabajo, la oración y la vida cotidiana

Dominio público
La oración que resume en sí misma toda la fe cristiana: así definía el Papa san Juan XXIII el rezo del Ángelus, la oración mariana que parte el día en dos, y que los Pontífices acostumbran a rezar públicamente cada domingo con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

En medio del ajetreo diario, el Ángelus es propuesto por la Iglesia como una pausa capaz de santificar el día, y que sirve además para recordar el mayor milagro de la historia: la encarnación de Dios en el seno de una mujer.

Qué es y cómo se reza

El rezo del Ángelus consiste en tres breves invocaciones, con sus respectivas respuestas, alternadas con tres Avemarías, y culmina con una oración final.

Y aunque antiguamente se rezaba tres veces al día (a las 6 de la madrugada, al mediodía, y a las 6 de la tarde) siguiendo el ritmo de las campanas que llamaban al rezo en pueblos y ciudades, hoy sólo pervive la costumbre de rezarlo a las 12 de la mañana, como un modo de partir el día en dos y consagrarlo a Dios a través de la Virgen.

Su estructura es la siguiente:

1. El Ángel del Señor anunció a María.

–Y concibió por obra del Espíritu Santo.

(Avemaría)

2. He aquí la esclava del Señor.

– Hágase en mí según tu palabra.

(Avemaría)

3. Y el Verbo se hizo carne.

– Y habitó entre nosotros.

(Avemaría)

Luego se concluye con una oración:

«Derrama, Señor, tu gracia en nuestras almas, para que los que por el anuncio del ángel hemos conocido la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por los méritos de su Pasión y Cruz, a la gloria de la resurrección. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén».

Una costumbre con raíces centenarias

Aunque sus orígenes se remontan al siglo XIII, fue en el siglo XVI cuando se difundió con la forma actual. Desde entonces, y durante siglos, el toque del Ángelus ha marcado el ritmo de la jornada laboral, especialmente en el campo, como una invitación a santificar el trabajo.

Uno de sus más entusiastas defensores ha sido el Papa san Juan Pablo II, que en una ocasión llegó a afirmar: «Siempre he considerado el rezo del Ángelus como una forma sencilla y profunda de santificar el tiempo y de entrar en comunión con la Virgen María».

Cómo rezarlo hoy

Cada vez son más los seglares que han recuperado esta tradición cristiana, y hacen una pequeña pausa en la jornada para rezarlo incluso sin moverse de su puesto de trabajo.

Para ello, hay algunas formas bastante prácticas, como las apps Eprex o Hallow, ponerse una alerta o una alarma en el móvil para recordar la oración, o compartirlo con amigos o miembros de la comunidad eclesial (la parroquia, algún movimiento, etc.) a través de un grupo de WhatsApp en el que se reza de forma conjunta.

En un mundo hiperacelerado, detenerse a mitad del día para recordar «que el Verbo se hizo carne», lejos de suponer una pérdida de tiempo, parece un modo muy sencillo de ganar profundidad y hondura. Un modo de actualizar, en suma, lo que hizo la propia Virgen María: poner a Cristo en el centro de la vida.

José Antonio Méndez

Fuente: El Debate