EL EJERCICIO QUE RECOMIENDA UN CURA 'INFLUENCER' PARA SUPERAR CRISIS, DESORIENTACIÓN Y CANSANCIO

El sacerdote Jesús Silva —@elpadrejesus en redes sociales—, ha recomendado un método tan sencillo como eficaz en el último episodio de 'Red de Redes', el programa de evangelización online que la ACdP emite en YouTube

Red de Redes

Cuando no sabes por qué haces lo que haces, tal vez ha llegado el momento de parar… y escribir. Lo dice el sacerdote Jesús Silva, conocido en redes como @elpadrejesus, en el último episodio de Red de Redes, el programa de catecumenado para adultos en clave de humor que emite la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) en YouTube.

Silva, que compatibiliza su labor como párroco de la diócesis de Madrid con una intensa actividad evangelizadora en internet, ha compartido un ejercicio espiritual que a él mismo le ha ayudado a recuperar el rumbo en momentos de desánimo: un método sencillo, pero profundo, para ordenar la vida desde Dios y vivirla con sentido.

El sacerdote da un punto de partida doble: empezar pensando —y escribiendo— «cómo me sueño yo… y cómo creo que Dios me sueña». Se trata de visualizar, sin miedos y sin filtros, «la vida que anhelo (mi vocación, mi ideal, mi misión) y compararla con lo que percibo como el sueño de Dios para mí».

Una declaración de propósito escrita

Después de la reflexión, toca concretar. Silva propone redactar lo que llama «una declaración de propósito», es decir, una frase o un párrafo «que resuma con claridad mi misión en la vida, esa que da sentido a todo lo demás».

En su caso, Silva explica que «mi propósito es ser un sacerdote santo, que ayude a que la gente se encuentre con Dios y que ponga todos los dones que Él me ha dado al servicio de la misión, entregándome en concreto a la parroquia o la realidad donde esté en ese momento». Y cada uno puede adaptarlo a sus circunstancias como casado, soltero, estudiante, abuelo…

Porque, como explica, esta declaración no es algo cerrado ni definitivo, pero sí sirve como brújula, de modo que, cuando a lo largo de la vida «uno se pierde, releerla puede ser como un faro que orienta de nuevo el camino».

Reconocer los talentos

Una vez que el propósito está claro, llega el momento de hacer memoria de los talentos personales que Dios ha dado a cada uno: tres, especialmente, que puedan ponerse al servicio de esa misión descubierta.

«Tengo que ver qué talentos he recibido de Dios, y destacar tres que crea que me ha dado de un modo especial. En mi caso serían la comunicación, la capacidad de empatía y acompañamiento, y la de relacionar personas entre ellas, pero cada uno debe pensar en los talentos que Dios le ha dado», explica Silva.

Y si a alguien le cuesta encontrar tres, recomienda preguntar a las personas que tenemos cerca, como amigos o familiares.

Del ideal al concreto: bajar a tierra

El ejercicio culmina con una llamada muy clara: «Bajar a tierra la voluntad de Dios». Es decir, concretar en acciones reales, en decisiones cotidianas, en algo «muy, muy concreto», toda la reflexión, poniéndolo también por escrito para que no se pierdan en el olvido.

Silva insiste en que esta metodología no es suya. Se inspira en autores —muchos de ellos norteamericanos— que han trabajado herramientas de coaching espiritual y discernimiento cristiano. Pero, como él mismo admite, «ayuda mucho», sobre todo en momentos de crisis, desorientación o cansancio.

«Cuando te sientas perdido, como me pasa a mí a veces... releerlo ayuda mucho», matiza el sacerdote. Incluso, aunque con el paso del tiempo sea necesario rehacerlo o redactarlo de nuevo.

Como el mismo Silva apostilla, este ejercicio no se trata de un truco de autoayuda, sino de una vía concreta -tanto espiritual como práctica- para vivir con más fidelidad lo que uno está llamado a ser: vivir desde Dios, para tener una vida con sentido.

José Antonio Méndez

Fuente: El Debate