LOS VERDADEROS AMIGOS SON LOS QUE TE ACERCAN A DIOS

Los amigos son la familia que escogimos, hemos escuchado decir, pero para que eso sea real hay que abrir los ojos y el corazón y detectar a los verdaderos

MAYA LAB | Shutterstock

Hemos escuchado que los amigos se convierten en la familia que hemos escogido, seguramente porque las emociones y los sentimientos que se despiertan con las buenas experiencias motivan a las personas a expresar este pensamiento, a veces a la ligera.

Lo cierto es que tener un buen amigo siempre será un deleite, porque podemos confiar en él, revelarle nuestros secretos y compartir experiencias inolvidables.

Sin embargo, hay que tener los pies sobre la tierra porque por mucho que nos amemos, podemos llevarnos crueles sorpresas. Así es que, veamos algunas características de los buenos amigos.

1. Siempre dicen la verdad

"La verdad no peca, pero incomoda", dice un sabio refrán. Los verdaderos amigos se dirán la verdad y por supuesto, dolerá, pero estará motivada por el amor. Así lo dice el libro de Proverbios:

"Más vale una reprensión abierta que un cariño disimulado. Leal es la herida que inflige el amigo, engañosa los besos del enemigo".

(Pr 27, 5-6)

Ciertamente, un amigo tampoco es perfecto y tendrá fallas y errores, pero si se da cuenta de que estamos cometiendo un error, nos lo dirá sin rodeos.

2. Quieren tu bien en todo momento

Otro dicho versa que "en la cárcel y en la enfermedad se conoce a los amigos". Solamente quien nos ama bien compartirá las tristezas y los momentos de adversidad.

Nuevamente el libro de los proverbios enseña:

"El amigo ama en cualquier ocasión, y un hermano nace para compartir la adversidad" (Pr 17, 17).

Por eso, no es extraño encontrar en la vida que, ni siquiera la familia de sangre esté dispuesta a apoyarnos en las malas, tanto como un amigo.

3. Te acercan a Dios

Recordemos el pasaje del Evangelio en el que cuatro amigos de un paralítico lo llevan a donde está predicando Jesús para que lo cure.

El evangelista narra que había tanta gente que era imposible acercarse, pero el ingenio de los jóvenes -seguramente lo era, porque cargaron al compañero hasta el techo- logró su cometido: metieron al enfermo hasta ponerlo frente al Señor (Mc 2, 3-5).

Por eso, un amigo te llevará a Dios, te alejará de las ocasiones de pecado y estará pendiente de que todo lo que hagas sea para tu salvación.

Por eso, el eclesiástico afirma:

"Un amigo fiel no tiene precio, no hay manera de estimar su valor. Un amigo fiel es un bálsamo de vida, que encuentran los que temen al Señor. El que teme al Señor encamina bien su amistad, porque como es él, así también será su amigo".

(Eclo 6, 15-17)

Si tienes un amigo así, eres inmensamente bendecido, así es que atesóralo.

Mónica Muñoz

Fuente: Aleteia