Desempolvar el corazón
![]() |
| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy María nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace unos días
acompañé a Burgos a una hermana que tenía consulta médica y en la sala de
espera estaba encendida la televisión y transmitían las noticias sobre la
visita de un mandatario alemán a España. Mostraban sus encuentros con el Rey y
otras personalidades, y también la comida que los Reyes le ofrecieron.
Me impresionó
el lujo del salón y la mesa perfectamente preparada. Pensé en el trabajo y la
dedicación que habría requerido organizar cada detalle de aquel banquete.
Al contemplar
esa escena, lo trasladé a nuestra vida y me pregunté: ¿cómo me preparo yo para
celebrar la Navidad? La Iglesia nos regala este tiempo de Adviento precisamente
para eso: para preparar nuestro corazón a la llegada del Niño-Dios, que viene
buscando morada y desea establecerla en nosotros.
Él quiere
invitarnos a su mesa, a compartir la intimidad de una cena con el Rey de Reyes.
“Si alguno me oye y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos”. Pero para
que esto suceda, necesitamos escuchar su Voz en medio del ruido, distinguirla
entre tantas voces que nos distraen, y abrirle la puerta de nuestro corazón.
Sólo entonces, con nuestro permiso, entrará y nos hará partícipes de su
banquete.
Dice Isaías:
“En aquel día, preparará el Señor del universo para todos los pueblos, en este
monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares
exquisitos, vinos refinados”. Este es el banquete que el Señor tiene preparado
para nosotros.
Hoy el reto del
amor es dedicar cada día cinco minutos a limpiar el corazón, a quitar el polvo
y las telarañas que se acumulan con las prisas, las preocupaciones, el ruido…,
para que Jesús encuentre un lugar acogedor donde quedarse.
Así, cuando
llegue la Navidad, nuestro corazón será como un salón preparado, dispuesto para
recibir al Invitado más importante: el Niño-Dios que viene a cenar con
nosotros.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
09 diciembre
2025
Fuente: Dominicas de Lerma
