Al participar este jueves 5 de septiembre del encuentro interreligioso en la Mezquita “Istiqlal” en Yakarta (Indonesia), el Papa Francisco manifestó su deseo de “que nadie ceda al atractivo del integrismo y de la violencia”, y que, en su lugar, “todos estén fascinados con el sueño de una sociedad y de una humanidad libre, fraterna y pacífica”.
El Papa Francisco en el encuentro interreligioso realizado en la Mezquita “Istiqlal” en Yakarta. Crédito: Daniel Ibáñez / EWTN News |
El túnel que une una mezquita y una
catedral
El
Papa llegó poco después de las 9:00 a.m. (hora local) a las inmediaciones de la
mezquita, y fue recibido por el Gran Imán, Nasaruddin Umar. Poco después
pronunció un breve mensaje resaltando la importancia del llamado “túnel de la
amistad”, que une el centro religioso musulmán con la Catedral
de Nuestra Señora de la Asunción, el principal templo católico de Indonesia.
El Santo Padre destacó que este
túnel “quiere ser un lugar de diálogo y de encuentro”, que lejos de ser “un
recorrido oscuro que puede darnos miedo, especialmente si estamos solos” es un
camino iluminado por “ustedes, con su amistad, con la concordia que cultivan,
con el apoyo mutuo y con su caminar juntos que los conduce, al final del
camino, hacia la luz plena”.
Más adelante el Papa Francisco y el
Gran Imán Nasaruddin Umar firmaron la “Declaración conjunta del Istiqlal 2024”,
un documento que apunta a “promover la armonía religiosa para el bien de la
humanidad”, así como proteger “la casa común”.
Luego el Papa Francisco pronunció
un discurso dirigido a los participantes del encuentro interreligioso,
recordando que el arquitecto de la mezquita indonesia fue el cristiano
Friedrich Silaban. “Esto prueba que en la historia de esta nación y de la
cultura que aquí se respira, la mezquita, como también los demás lugares de
culto, son espacios de diálogo, de respeto recíproco, de convivencia armoniosa
entre las religiones y las diferentes sensibilidades espirituales”, dijo.
“Este
es un gran regalo, que están llamados a cultivar cada día, para que la
experiencia religiosa sea punto de referencia para una sociedad fraterna y
pacífica y nunca motivo de incomprensión y de choque”, señaló.
El
“túnel de la amistad”, resaltó a continuación, es “un signo elocuente, que
permite que estos dos grandes lugares de culto estén no sólo ‘uno frente al
otro’, sino también ‘comunicados’ entre sí”.
“Los
animo a continuar por este camino: que todos, todos juntos, cultivando cada uno
la propia espiritualidad y practicando la propia religión, podamos caminar en
la búsqueda de Dios y contribuir a construir sociedades abiertas, cimentadas en
el respeto recíproco y en el amor mutuo, capaces de aislar las rigideces, los
fundamentalismos y los extremismos, que son siempre peligrosos y nunca
justificables”.
“Ver siempre en profundidad” y “cuidar
las relaciones”
A
continuación, el Papa Francisco compartió “dos consignas” con los participantes
en el encuentro, buscando “impulsar el camino de la unidad y de la armonía que
ya han iniciado”.
“La
primera es ver siempre en profundidad, porque solamente así se puede encontrar
lo que une, más allá de las diferencias”, señaló.
“Mientras
en la superficie se encuentran las áreas de la mezquita y de la catedral, bien
delimitadas y frecuentadas por sus respectivos feligreses, bajo la tierra, a lo
largo del túnel, esas mismas personas diferentes se encuentran y pueden acceder
al mundo religioso de los otros”, destacó.
El
Papa Francisco indicó que “esta imagen nos recuerda algo importante: que los
aspectos visibles de las religiones ―los ritos, las prácticas, etc.― son un
patrimonio tradicional que hay que proteger y respetar; pero lo que está
‘debajo’, lo que corre bajo tierra, como el ‘túnel de la amistad’, podríamos
decir la raíz común de todas las sensibilidades religiosas es una sola: la
búsqueda del encuentro con lo divino, la sed de infinito que el Altísimo ha
puesto en nuestro corazón, la búsqueda de una alegría más grande y de una vida
más fuerte que la muerte, que anima el viaje de nuestras vidas y nos impulsa a
salir de nosotros mismos para ir al encuentro de Dios”.
“La
segunda invitación es cuidar las relaciones", dijo, señalando que “el
túnel fue construido de una parte a la otra para crear una conexión entre dos
lugares diferentes y alejados. Esto es lo que hace el pasaje subterráneo:
conecta, crea un enlace”.
“A
veces pensamos que el encuentro entre las religiones se trate de una cuestión
que tiene que ver sólo con buscar, a toda costa, puntos en común entre las
diferentes doctrinas y confesiones religiosas. En realidad, puede pasar que un
planteamiento de ese tipo termine por dividirnos, porque las doctrinas y los
dogmas de cada experiencia religiosa son diferentes”, señaló.
El
Papa Francisco subrayó que “lo que realmente nos acerca es crear una conexión
entre nuestras diferencias, ocuparnos de cultivar lazos de amistad, de
atención, de reciprocidad”.
“La
unidad nace de los vínculos personales de amistad, del respeto recíproco, de la
defensa mutua de los espacios y las ideas ajenas”, añadió.
“El tesoro más valioso” de Indonesia
Hacia
el final de su mensaje, el Santo Padre recordó que Indonesia tiene “la mina de
oro más grande del mundo”, refiriéndose a la mina Grasberg, pero precisó que
“el tesoro más valioso es la voluntad de que las diferencias no sean motivo de
conflicto, sino que se encuentren armónicamente en la concordia y el respeto
recíproco”.
“No
pierdan este don. No vayan a perder nunca esta riqueza tan grande, es más,
cultívenla y transmítanla sobre todo a los jóvenes. Que nadie ceda al atractivo
del integrismo y de la violencia; que, en cambio, todos estén fascinados con el
sueño de una sociedad y de una humanidad libre, fraterna y pacífica”, exhortó.
Luego
de concluir su discurso, el Papa Francisco recibió como obsequio una réplica a
escala de la Mezquita “Istiqlal” y una medalla de gran
tamaño que recuerda la visita del Santo Padre a Indonesia.
Al final del encuentro, en el
exterior de la mezquita, en un conmovedor gesto el Gran Imán besó la cabeza del
Papa Francisco, mientras que este le besó la mano.
Por David
Ramos
Fuente: ACI