Al concluir la
Misa, la mayoría de nosotros tenemos diversos compromisos y responsabilidades
que nos impiden quedarnos en la iglesia para permanecer en oración. Vivimos en
un mundo acelerado y es difícil detenerse unos minutos para dar gracias a Dios
por el don de la Sagrada Comunión.
Sin embargo,
muchos santos han fomentado la práctica piadosa de permanecer en oración
durante un tiempo prolongado después de recibir la Sagrada Comunión.
En 1980 la
Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino publicó un documento, Inaestimabile donum , que animaba a permanecer en
oración.
Se recomienda a
los fieles que no dejen de hacer la debida acción de gracias después de la
Comunión. Pueden hacerlo durante la celebración, con un momento de silencio,
con un himno, un salmo u otro canto de alabanza, o también después de
la celebración, si es posible, quedándose un tiempo oportuno para orar.
Inestimable
donum , 17
¿Cuánto
tiempo debemos permanecer en oración?
No existe un
tiempo "oficial" para permanecer en oración. Los santos a lo largo de
los siglos han recomendado una variedad de opciones.
San
Josemaría Escrivá escribió: "Si nuestra acción de gracias fuera
proporcional a la diferencia entre el don y el merecimiento, ¿no deberíamos
convertir el día entero en una Eucaristía continua, en una acción de gracias
continua? No abandonéis la iglesia casi inmediatamente después de recibir el
Sacramento. Seguramente no tenéis nada tan importante que hacer que no
podáis darle al Señor diez minutos para darle las gracias. Amor con
amor se paga".
San Pedro
Julián Eymard tenía una sugerencia similar: "Los momentos más solemnes de
vuestra vida son aquellos que pasáis en acción de gracias, cuando el Rey del
cielo y de la tierra, vuestro Salvador y vuestro Juez, está a vuestro lado,
plenamente dispuesto a conceder todo lo que le pidáis. Dedicad media
hora, si es posible, a esta acción de gracias o, por lo menos, quince
minutos . En lugar de abreviar vuestra acción de gracias, sería
mejor, si fuera necesario, acortar vuestra preparación; porque no hay momento
más santo, ni más saludable para vosotros que cuando poseéis a Jesús en vuestro
cuerpo y en vuestra alma".
Otros santos
pasaban una hora entera después de la Sagrada Comunión,
saboreando cada minuto pasado con Jesús en el Santísimo Sacramento.
Cualquiera que
sea el tiempo que pases en oración, da gracias a Dios por su presencia
en la Eucaristía y deja que su amor inunde tu alma.
Philip Kosloski
Fuente:
Aleteia