En una
audiencia en el Vaticano esta mañana, el Papa Francisco recibió a un grupo de
abuelos y nietos, a quienes destacó la importancia del amor entre generaciones
y de valorar y cuidar a los ancianos de las familias, sin excluirlos.
Papa Francisco y una parejas de ancianos. Crédito: Daniel Ibañez - EWTN News. Dominio público |
Pensemos un momento:
¿no es mucho mejor un mundo en el que nadie tenga miedo de terminar sus días
solo? Claramente sí”, indicó este
27 de abril a los participantes el encuentro “La caricia y
la sonrisa” promovido por la Fundación Età Grande.
En
este sentido, el Pontífice instó a construir un mundo en conjunto, donde no
sólo se elaboren programas de asistencia, sino también “proyectos diferentes de
existencia, en los que los años que pasan no se consideren una pérdida que
disminuye a alguien, sino un bien que crece y enriquece a todos: y como tales
sean apreciados y no temidos”.
El
Papa Francisco también advirtió sobre los peligros de una sociedad que excluye
a sus miembros más vulnerables. “Por favor, busquen a sus abuelos, no los
marginen, es por su propio bien. La marginación de los ancianos corrompe todas
las estaciones de la vida, no sólo la de la vejez”, afirmó.
Además,
hizo hincapié en el poder transformador del amor, señalando que “sólo estando
juntos con amor, sin excluir a nadie, nos volvemos mejores, nos volvemos más
humanos”.
Sus
palabras resonaron profundamente entre los presentes, quienes se sintieron
inspirados por sus palabras reconocimiento hacia los abuelos. “El amor entre
abuelos y nietos es un soplo de aire fresco que refresca el mundo y la sociedad
y nos hace a todos más fuertes, más allá de los lazos de parentesco”, destacó
el Papa.
Es
este sentido, se dirigió a los nietos para recordarles que “el amor nos hace
más sabios” y que sus abuelos también “son la memoria de un mundo sin memoria”.
“No
debemos perder la memoria. Escuchen a sus abuelos, especialmente cuando les
enseñan con su amor y con su testimonio a cultivar los afectos más importantes,
que no se obtienen con la fuerza, no aparecen con el éxito, sino que llenan la
vida”, agregó.
Finalmente,
el Papa agradeció la visita a los miembros de la fundación y les aseguró que
“juntos, unidos, son un ejemplo y un regalo para todos”. “Los recuerdo en mis
oraciones, los bendigo y les pido, no olviden rezar por mí. ¡Gracias, muchas
gracias!”, concluyó.
Por Diego
López Marina
Fuente: ACI