ALARMA
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| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Este año la alergia me está dando unos picores en los ojos como nunca. Hay momentos en que se me ponen rojos como tomates y hasta me empiezan a llorar. Un auténtico cuadro de lo más escandaloso.
Sin embargo, me he dado cuenta de que no llego a esos extremos de repente. En realidad, el asunto comienza con un leve picorcillo inocente, minúsculo… y, sin darme cuenta, me froto muy suavecito con la mano, convencida de que solo con eso se calmará… ¡¡¡y ya la he liado gordísima!!! A partir de ahí es un no parar con consecuencias catastróficas.
Cuando siento que los ojos me arden, es muy fácil estar consciente de no tocarlos. Pero ese inicio, tan insignificante, ¡me pilla desprevenida! Ahora procuro estar muy atenta y, al más mínimo escozor, ¡me salta la alarma y salgo corriendo a por el colirio!
Tal vez ese es nuestro error en muchos “picores”, esos roces o malentendidos que, por ser pequeños, no les damos importancia, no buscamos el remedio del colirio, sino que los dejamos estar “a ver si se pasa”.
Y el problema es que sucede igual que con mis ojos: un leve escozor, puede crecer hasta llevarnos a las lágrimas.
Jesús nos invita a no esperar a que los conflictos crezcan, y “arreglarlo cuando vas de camino” (Mt 5, 25). ¡¡¡Y qué prueba más bonita de cariño ser capaz de decir un “perdón” o un “lo siento” incluso ante algo pequeño!!! No solo es el mejor colirio: en el fondo, es querer cuidar el amor en toda circunstancia, convertir cualquier ocasión en oportunidad de fortalecer la comunión.
Hoy el reto del amor es… ¡echar colirio antes de que piquen los ojos! Si notas que tus palabras o gestos hacen enrojecer los ojos de quien está a tu lado, pide perdón. Aunque sea algo pequeño. Aunque parezca sin importancia. Este colirio no solo alivia… ¡¡fortalece el amor!!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
28 abril 2024
Fuente: Dominicas de Lerma
