Si tienes hijos adolescentes sabrás que es una etapa de retos; pero "La adolescencia en clave de Dios", te ayudará a entender y ayudar a tus hijos
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Recientemente se publicó el libro Adolescencia
en Clave de Dios, escrito por nuestra colaboradora Mar Dorrio, quien, con
su experiencia criando 12 hijos, te hablará acerca de esta importante etapa de
la adolescencia. En sus propias palabras nos narra cómo desarrolló la idea del
libro y los consejos que en él imparte:
En este libro, he querido reunir todo lo que me
ha ayudado a encauzar la adolescencia de mis hijos, sabiendo
que lo único imprescindible, lo único imbatible, es la clave de Dios.
El gran coach Victor Küppers señala que, al
educar a un hijo para ser buena persona, se le está educando para ser bueno en
todas las facetas de su vida: estudiante, pareja, deportista, hermano, etc.
Pero, si metes a Dios en la ecuación, aseguras
la máxima felicidad en la vida de tu hijo. Parafraseando al libro, “Cuanto más
cerca están nuestros hijos de Dios, más tiempo pasan en la calle de la
alegría”.
El papel de la educación
En el libro, nombró con frecuencia a los
autores y educadores que más me han ayudado. Por encima de todos está Fernando
Alberca. Han sido innumerables las ocasiones en las que, peleando y
razonando con mi adolescente y sus malos modos, escuchaba en mi cabeza la voz
de Fernando Alberca diciéndome:
Tu niño adorable sigue ahí; lo que te saca de
quicio son los complementos de la adolescencia y sus gestos”.
“El adolescente es él, no tú”. Y cuando, a
pesar de aplicar todos los secretos de Fernando Alberca, te parezca imposible
mantener la comunicación con tu hijo, confía. Dios no está mirando para otro
lado: tiene un plan, y todo lo que ocurre forma parte de su designio, también
la adolescencia de tus hijos.
La clave de Dios también redirigirá nuestras
metas como padres porque, imitando a nuestro Señor, valoraremos el esfuerzo y
no el éxito. En el libro comparo las monedas que donó la pobre viuda con las
calificaciones escolares: habrá dieces de la tierra que no tendrán ese valor en
el cielo, y viceversa, notas bajas que desatarán el gran aplauso en el cielo,
porque allí se mide el esfuerzo que hay detrás.
Nosotros debemos imitar a Dios y educar con su
criterio, que no necesariamente tiene que parecerse a los criterios de esta
sociedad. Dios quiere que hagamos rendir nuestros talentos, los que
nos ha concedido, pero medirá el esfuerzo y no solamente el resultado.
La autoestima en la adolescencia
Un tema que, sin duda, preocupa, es la autoestima. En el libro se señalan
dos líneas de acción importantes para levantarla. Por un lado, es crucial que
los adolescentes se conozcan a sí mismos y realicen un examen de conciencia
sincero que los ponga frente a Dios cara a cara, valorando no solo sus acciones,
sino también las intenciones que hay detrás de las mismas.
Y, por otro lado, nosotros debemos ser ese
Pepito Grillo que les recuerde a menudo que no van a inventar ningún pecado,
que ya están todos inventados, y que lo más importante es que todos,
absolutamente todos, han sido perdonados. Su caso no será distinto.
Conocer a tus hijos en su totalidad
Es crucial que sepan que los conocemos, y que
los queremos con sus defectos. Que no tengan la tentación de pensar que sus
padres quieren a ese personaje que finge ser un buen hijo. ¿Cómo estará su
autoestima si crecen convencidos de que, si sus padres los conocieran
realmente, no los querrían?
Si seguimos en clave de Dios, educaremos a
nuestros hijos en la unidad de vida, en la presencia de Dios. Esa unidad de
vida los prepara para la vida offline y online, para la inteligencia artificial y para lo que
venga. El manual de instrucciones que nos ha dejado Dios en los diez
mandamientos cubre todas las dudas de la educación.
Será en la oración, en la Santa Misa, en el Santo Rosario, donde
encontraremos las soluciones, las respuestas de nuestros hijos. La mejor
versión de sus vidas será aquélla será la que se desarrolle “en clave de Dios”.
Mar Dorrio
Fuente: Aleteia