El Papa Francisco ha recibido este sábado en audiencia a los seminaristas de Burgos encabezados por su arzobispo, Mario Iceta, a los que ha invitado a llevar el Evangelio por toda la España vaciada, a la que se refirió en varias ocasiones.
Foto: Vatican Media. Dominio público |
Por otro lado, dijo sentirse muy alegre de poder recibir a los
seminaristas que se forman en Burgos, especialmente por dos cosas: “La primera,
un mosaico de razas, culturas, edades que se han encontrado para responder
juntos a la llamada de Jesús al sacerdocio ministerial. La segunda, el hecho de
que se estén formando en un lugar del mundo que tal vez para muchos fuese
impensable; una tierra rica de historia y tradición, de gentes recias ‘por el
clima y las costumbres’, pero que ahora
ustedes definen como ‘la España vaciada’”.
De este modo, les recordó el pasaje de San Lucas en el que Jesús
envía a sus discípulos a donde pensaba ir Él. Este es -dijo el Papa- “un buen criterio
de discernimiento y de examen, pues lo podemos traducir a nuestra realidad, con
unas simples palabras: ‘Jesús
me quiere en esta tierra vaciada para llenarla de Dios’, es decir,
para que lo haga presente entre mis hermanos, para que construya comunidad,
construya Iglesia, Pueblo”.
Todo esto sólo se puede realizar -agregó Francisco- siendo un
“grupo heterogéneo que sabe de acogida y de enriquecimiento mutuo”, pues “sin caridad a Dios y a los
hermanos” no se puede llevar a Dios.
Por otro, lado el Santo Padre le exhortó a “manifestar al Señor una disponibilidad absoluta, ‘rogándole’ que
nos ‘envíe’ a nosotros, aunque parezcamos poco ante un trabajo —la mies—
tan grande. Y esto es muy importante. Y después la actitud de abandono y
confianza, que el vacío sólo se haga en nuestro corazón para acoger a Dios y al
hermano. Esta sería la tercera cosa. Desprendiéndonos de las falsas seguridades
humanas”.
Para concluir, el Papa insistió en que “tener a Dios en nosotros
nos llena de paz, una paz que podemos comunicar, que podemos llevar a todos los
pueblos y ciudades, desear para cada hogar. De ese modo llenarán con su luz los
campos que ahora parecen yermos, fecundándolos de esperanza”.
Fuente: ReL