Algunos sacerdotes la introducen en retiros católicos
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Foto (contextual): Soroush Alavi / Unsplash. |
"Disolver
los conflictos ancestrales" o "desatar los nudos kármicos" era
un lenguaje propio de la New Age, en referencia
a una supuesta herencia espiritual negativa recibida de nuestros padres, hasta
que terminó introduciéndose en encuentros espirituales católicos.
"He
asistido a un retiro en el que he quedado algo turbada",
afirma Patricia, participante en uno de ellos, dirigiéndose al
obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla: "Se
realizaban oraciones para la sanación de nuestro árbol genealógico,
en la creencia de que los pecados de nuestros antepasados pueden estar teniendo
una influencia nefasta en nuestras vidas. Me quedé bastante confundida.
¿Qué dice la Iglesia sobre todo esto?".
Respuesta
"contundente"
Monseñor
Munilla leyó esta pregunta y la respondió en el tramo final de su
programa Sexto Continente,
que dirige los lunes y viernes de 8.00 a 9.00 de la mañana en Radio
María. Desveló que no es la primera vez que se lo plantean, pues ya ha
recibido más de una consulta al respecto.
La confusión proviene de que estos retiros son predicados por laicos católicos o sacerdotes e incluyen oraciones, misas e incluso exorcismos con esa intención. Según esta teoría -que, recordó el prelado, nació a principios del siglo XX en entornos protestantes-, los pecados de nuestros antepasados tienen un impacto en la vida de sus familiares en la actualidad, que puede ser tanto corporal, con enfermedades, como espiritual, manifestado en fracasos matrimoniales, rupturas familiares, etc. Estaríamos cargando con el pecado "heredado", lo cual podría remediarse mediante actos de "liberación" como los citados.
¿Ha
dicho la Iglesia algo al respecto? Munilla recordó que ha habido al menos dos
pronunciamientos. Uno, en 2007, de la conferencia episcopal francesa,
y otro, en 2015, de la conferencia episcopal polaca,
ambos "claramente contrarios a este tipo de prácticas o
creencias".
"No
existen pecados intergeneracionales", explicó el prelado donostiarra,
pues "el pecado es un acto libre y personal en el que se transgrede la ley
divina", y "el único pecado que se transmite por generación es
el pecado original”.
Y
leyó el "contundente pronunciamiento" de sus hermanos polacos en el
episcopado: “La reencarnación del pecado o la propagación del pecado a las
generaciones sucesivas no tiene justificación ni en las
Escrituras ni en la Tradición ni en la enseñanza de la Iglesia. Este tipo
de ideas infundadas son muy peligrosas para
la vida espiritual de los fieles y para la doctrina de la Iglesia misma”.
Leemos
en las Sagradas Escrituras: "Me fue dirigida esta palabra del
Señor... Vosotros diréis: ¿Por qué no carga el hijo con la culpa de su
padre? Por lo siguiente: porque el hijo ha cumplido con el derecho y la
justicia, ha observado todos mis preceptos y los ha puesto en práctica; por
ello, ciertamente vivirá. El que peca es el que morirá; el hijo no
cargará con la culpa del padre, ni el padre cargará con la culpa del hijo.
El inocente será tratado conforme a su inocencia, el malvado conforme a su
maldad. Si el malvado se convierte de todos los pecados cometidos y observa
todos mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no
morirá. No se tendrán en cuenta los delitos cometidos; por la justicia que ha
practicado, vivirá" (Ezequiel 18, 19-22).
En efecto, dado que esta creencia no se
encuentra en ninguna de las fuentes de la Revelación, afirmarla significaría
que la Revelación de Jesucristo "fue incompleta y no nos
dio la plenitud de los medios de santificación". "Solo este argumento
ya es un motivo para rechazarlo", afirmó Munilla, incluyendo
en el rechazo las misas u oraciones con esa intención.
El
problema psicológico y el problema teológico
El
conductor de Sexto Continente apuntó dos males de las llamadas
"oraciones de sanación del árbol genealógico", uno a nivel psicológico y
otro a nivel teológico.
A
nivel psicológico, esas prácticas llevan a la persona "a buscar las
razones de su sufrimiento fuera de sí misma", lo cual es un error porque
"cuando uno apunta al origen de sus problemas en un lugar
equivocado, se está distrayendo de encontrarlo donde verdaderamente está el
problema y dificulta un verdadero proceso de ayuda".
Justo
el día anterior a esta intervención de monseñor Munilla, el Evangelio del
domingo recogía el capítulo 9 del Evangelio de San Juan, con la
curación del ciego de nacimiento en la piscina de Siloé. Los
discípulos preguntan a Jesucristo: "¿Quién pecó, éste o sus padres, para
que naciera ciego?". "Ni éste pecó ni sus padres",
responde el Maestro.
"Nos
estamos equivocando", lamentó el obispo al comprobar cómo se ha
olvidado la claridad de esas palabras: "Las misas con intención sanadora
del árbol genealógico son un peligro psicológico para los
fieles que se entregan a esa falsa creencia", ratificó.
"Estamos
desbarrando"
Por
otro lado, a nivel teológico, "esas misas u oraciones desvían la
caridad que debíamos tener hacia los fieles difuntos". En vez de
centrarnos en rezar por las almas del purgatorio "para
que el Señor purifique las manchas que el pecado ha podido dejar en nuestros
antepasados, nos centramos en lo que a mí me afecta del pecado que ellos
hicieron".
"Estamos
desbarrando", remató, acusando de narcisismo a esta tendencia:
"¿A ti qué te va a afectar lo de ellos? ¡Céntrate en lo tuyo!"
"Hay
que ser contundente" en el rechazo de esta supuesta sanación
intergeneracional, cuyos fundamentos teológicos "son totalmente falsos en
cuanto que son invenciones recientes, que no se encuentran en las Escrituras,
ni en los Santos Padres, ni en el Magisterio".
Y
lamentó que, frente al peligro del secularismo, que rechazó la
Revelación de Jesucristo, se alce el iluminismo, "al que
parece insuficiente la Revelación de Jesucristo custodiada por la Iglesia y
busca 'efectos especiales', fenómenos extraordinarios, autoatribución de
carismas", algo que fomenta "el engreimiento, la presunción, la
vanidad... en una muestra de nuestro desnortamiento".
C.L.
Fuente: Religión en Libertad