Poco se sabe sobre Sóstenes, aunque se le menciona dos veces en el Nuevo Testamento y se le considera un santo en la Iglesia oriental
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Catherine Leblanc / Godong |
Hay muchos nombres mencionados en el Nuevo Testamento y uno de
ellos es Sóstenes. Si bien ese nombre solo se incluye dos veces en toda la
Biblia, se le considera un «hermano» del apóstol san Pablo.
La primera vez que encontramos este nombre es en el libro de los
Hechos de los Apóstoles:
«Siendo Galión
procónsul de Acaya se echaron los judíos de común acuerdo sobre Pablo y le
condujeron ante el tribunal diciendo: «Este persuade a la gente para que adore
a Dios de una manera contraria a la Ley.» Iba Pablo a abrir la boca cuando Galión
dijo a los judíos: «Si se tratara de algún crimen o mala acción, yo os
escucharía, judíos, con calma, como es razón. Pero como se trata de discusiones
sobre palabras y nombres y cosas de vuestra Ley, allá vosotros. Yo no quiero
ser juez en estos asuntos.» Y los echó del tribunal. Entonces todos ellos agarraron a
Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y se pusieron a golpearlo
ante el tribunal sin que a Galión le diera esto ningún cuidado.»
Hechos 18,
12-17
Este pasaje convierte a Sóstenes en el gobernante de la sinagoga
de Corinto.
Más tarde, en la carta de san Pablo a los Corintios, se menciona a
Sóstenes como coautor de la carta:
«De Pablo,
apóstol de Cristo Jesús por decisión de Dios que lo ha llamado, y de Sóstenes
nuestro hermano, a la Iglesia de Dios que está en Corinto»
1 Corintios
1, 1-2
Es posible que estas dos personas sean la misma, pero los
historiadores tienden a estar en desacuerdo si se refieren o no a la misma
persona.
Discípulo de Jesús
Fuera de la Biblia, la tradición afirma que Sóstenes fue uno de
los 70
discípulos de Jesús.
La Iglesia Oriental celebra a san Sóstenes en una variedad de días
cada año y se refiere a él en su liturgia:
Si bien es posible que no sepamos mucho acerca de Sóstenes, si san Pablo lo consideró como un «hermano» y le confió que coescribiera una carta a la Iglesia en Cornitio, entonces debe haber sido un digno discípulo de Cristo.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia