¿Premio o regalo?
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
El día que me tocó la cocina, fui haciendo mis
planes para la tarde. Según los pensaba, añadía diversas justificaciones: “Voy
a descansar, que me lo tengo merecido”, “además pienso hacer esto otro, porque
me lo he ganado”…
Como suena. Cuesta hasta leerlo. Pero es que, a
veces, nuestra mente quiere autojustificarse, buscando un premio por aquello
que todos hacemos con normalidad. Y, como es lógico, me sobrevino una cierta
falta de Paz.
Pero lo que sucedió fue que, según iba pasando
la tarde, me encontré con una hermana que solicitaba mi ayuda, después otra que
se paró a hablar conmigo, y, claro, parecía que ninguno de mis planes se iba a
cumplir, ¡gracias a Dios!
Así que le pregunté al Señor qué me quería
decir, y su Luz no tardó en llegar: “Cuando estás exigente, has perdido de
vista la Gratuidad de todo lo que te rodea”.
Me quedé impresionada, se desvanecieron mis
autojustificaciones y me volvió la Paz. Y es que, en realidad, todo es mucho
más sencillo, todo se nos da gratuitamente: el trabajo y el descanso, una
familia a la que entregarse pero de la que siempre se recibe más, cuidar el
jardín y poder disfrutarlo…
El Señor me recordó cuál es la diferencia entre
un día vivido en la gratuidad y un día vivido en la exigencia: sentirse en la
casa del Padre, o estar como trabajador en casa ajena. El hijo es libre, está
en su casa. Vive de la gratuidad de su Padre, que no resta en trabajos y en
entrega, pero lo hace desde la Alegría de cuidar lo que es suyo. Mientras que
el trabajador, cumple su tarea, y pide su paga. ¡Qué diferente, ¿verdad?!
Todo en nuestra vida es un regalo del Señor,
sin merecerlo. Porque Cristo derramó su sangre en la Cruz ganando para nosotros
la Libertad. Él nos da acceso a esta Gratuidad de vivir en el descanso de ser
hijos confiados, que saben Quién es que el que verdaderamente sostiene su vida.
Hoy el reto del amor es vivir desde el
agradecimiento. Cuando sientas que te sobreviene la exigencia, vuelve tu mirada
a Cristo y pídele volver a experimentar su Gratuidad.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
16 enero 2023
Fuente:
Dominicas de Lerma