Para entenderlo debemos ir atrás en la historia, a los primeros siglos del cristianismo…
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¿Qué tiene que
ver la aspirina, remedio universal para el dolor de cabeza, con uno de los
santos patronos de Nápoles?
San Aspreno o
Asprenato
Cuenta la
tradición que san Pedro camino a Roma, pasando por Nápoles, encontró a una
señora anciana llamada Cándida que estaba muy enferma. El apóstol, en nombre de
Jesucristo, la curó.
Tras
agradecerle por la milagrosa sanación la mujer pidió a Pedro la intercesión
para la curación de un amigo suyo, que también estaba enfermo, Asprento.
Tanto Cándida
como Asprento, tras ser curados se convirtieron a la fe y fueron bautizados.
Antes de partir
san Pedro para Roma, dejó a cargo de la iglesia de Nápoles a san Asprento,
convirtiéndose en el primer obispo de la ciudad y permaneciendo en el cargo por
23 años. El palo con el que Pedro curó a Aspreno se conserva en el Tesoro de San Gennaro.
San Aspresno
poco a poco fue perdiendo su fama dentro de los patronos de Nápoles, que son
nada menos que 56, poniendo al primer puesto como muchos saben a san Genaro.
El altar que
curaba las jaquecas
Cuenta la
historia que a finales del siglo XIX, cuando se decidió arrasar toda la zona
para construir un barrio urbanísticamente optimizado, una pequeña capilla de
dedicada a san Aspreno debía ser derrumbada.
Gracias a la
intervención del príncipe Ferdinando Colonna di Stigliano la capilla se salvó,
logrando que el ayuntamiento modificara el proyecto para poder preservar la
capilla.
Al bajar al
hipogeo de la capilla encontraron una pequeña cueva, que no era otra que la
casa del santo.
En el lugar,
los fieles habían construido un altar de roca en cuya base había un hueco y
allí introducían la cabeza para curarse de las jaquecas, por la intercesión del
santo.
En la misma
capilla se puede ver representado al santo, sanando a una mujer de migraña y a
un hombre de artritis.
Según se cree,
esta habilidad particular del santo para curar dolores de cabeza es atribuida
porque fue decapitado por no renegar la fe o quizás también por su forma de
hacer penitencia, poniendo una piedra en su cabeza.
ASpreno a
ASpirina
Gracias a las
virtudes taumatúrgicas del santo, algunos afirman que en el 1899 la
farmacéutica Bayer, se inspiró en esta tradición milagrosa para dar el nombre a
su nuevo fármaco para tratar el dolor, fiebre e inflamación.
De ese modo la
Bayer quería honrar al italiano, Raffaele Piria, quien aisló el ácido
salicílico principio activo de la nueva droga.
Raffaele
Michele Rocco Piria
Raffaele Piria
nacido en 1814 en Scilla, Calabria, fue un gran químico y científico italiano,
que convirtió la sustancia Salicina en un azúcar y un segundo componente, que
al oxidarse se convierte en ácido salicílico, componente principal de la
Aspirina.
Estudió medicina
en la Universidad de Nápoles, pero luego se apasionó por la investigación
química y a los veintitrés años se fue a París donde conoció a J.-B.
Boussingault, J.-B. Dumas y otros químicos famosos de la época.
Luego volvió a
Italia, fue eximio profesor en la Universidad de Pisa (1842), luego en la
Universidad de Turín (1856).
Así que, si
sufres de dolores de cabeza, reza a san Asprento, y si no, ¡siempre está la
Aspirina!
Fuente: cosedinapoli.com, santiebeati.it, liturgico.chiesacattolica.it
Maria Paola Daud
Fuente: Aleteia