Romance entre cortinas
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| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Lleva tiempo
observándome, discretamente, a distancia. A veces pienso que conoce mis
movimientos, y parece que me espera para verme a través de la ventana. Antes se
escondía, pero ahora ni siquiera se inmuta cuando nuestras miradas se cruzan a
través del cristal. Jamás me he sentido tan vigilada… ¡¡por una tórtola!!
Desde hace
semanas, una enorme tórtola se dedica a controlarme desde el pino que hay junto
a mi ventana.
Ayer abrí para
ventilar y eché la cortina para cambiarme pero, al instante… ¡escuché un aleteo
muy cerca!
¡¡La tórtola se
había posado en mi alféizar!!
Creo que se
sentía “protegida” por la cortina. Y entonces… se puso a ulular. Inmediatamente
uní mis manos como cuando era niña, junté los pulgares y soplé.
-¡Uh-uh-úh…!
¡Uh-uh-úh…!
Para llevar
años sin hacerlo, el sonido me quedó muy convincente. Tanto, ¡que la tórtola me
respondió! Eso sí, giraba la cabeza de lo más desconcertada… ¡pero fue bonito
poder “hablarnos”!
Y de pronto caí
en la cuenta de que esto es precisamente lo que el Señor ha hecho con nosotros:
acercarse tras la cortina de nuestra carne, hecho hombre como tú y como yo,
para no asustarnos… y ha aprendido nuestro lenguaje. Porque quiere que le
entiendas cuando te dice: “Te amo”.
Un Padre de la
Iglesia ve el Antiguo Testamento como un proceso de lento acercamiento entre
Dios y el hombre: “…para acostumbrar al hombre a comprender a Dios y para
acostumbrar a Dios a habitar en el hombre" (San Ireneo de Lyon). Como yo
con mi tórtola, ¡pero a lo grande!
¡¡Con cuánta
delicadeza quiere acercarse el Señor!! Bien podría revelarse con grandes
portentos… pero prefiere acercarse suavemente, entre cortinas, pues no quiere
tu miedo, sino tu amor. Quiere que haya un auténtico diálogo. En cercanía. En
tu idioma.
Cristo se ha
adaptado a ti para poder encontrarse de verdad contigo. Solo el Resucitado es
capaz de aprender tu idioma… para regalarte hablar el Suyo.
Hoy el reto del
amor es aprender un idioma. ¡Tranqui, tranqui, no cojas ningún libro de
gramática extranjera! En tu oración, saborea la gozada que es tener al Señor
tan cercano… ¡¡tener un Dios tan humano!! Disfruta de su amor, ¡y trasmítelo!
Te invito a que, a lo largo del día, te intereses por una persona: comparte lo
que le hace disfrutar, dedícale un rato para escucharle… Acércate a su mundo,
descubre su idioma, ¡¡ama al estilo de Cristo!! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
11 julio 2022
Fuente:
Dominicas de Lerma
