DÍA MUNDIAL CONTRA EL CANCER: 7 HISTORIAS DE «MADRES CORAJE» QUE DIERON LA VIDA POR SUS HIJOS DICIENDO «NO AL ABORTO»

Te presentamos siete historias de madres que dieron todo por salvar a sus hijos y decir «no» al aborto, aunque su propia vida estuviera en riesgo debido al cáncer

Dominio público
Millones de personas mueren cada año debido a algún tipo de cáncer y cada una de sus familias suelen atravesar una dura prueba de fe y amor al padecer junto a su ser querido esta terrible enfermedad.

Cada año, el día 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer. Aquí te presentamos siete historias de madres que dieron todo por salvar a sus hijos y decir «no» al aborto, aunque su propia vida estuviera en riesgo debido al cáncer.

Santa Gianna Beretta Molla (Lombardía/Italia)


Ella era la hija número 10 de una familia de clase media en Lombardía. Era doctora especializada en pediatría.


Durante su embarazo se enteró de que tenía un fibroma de gran tamaño que estaba creciendo dentro de ella. Su esposo recuerda que siempre fue el deseo de Santa Gianna que salvaran la vida de su bebé.


La recomendación médica fue que se realizar un aborto terapéutico para quitarle el fibroma, pero ella nunca dudó que a pesar de poner en riesgo su vida, no cedería ante la presión de realizarse un aborto.


Lamentablemente una semana después de haber dado a luz a su bebé, falleció.


Ella fue beatificada en el año 1994 por San Juan Pablo II, quien también la canonizó en el 2004.


Cecilia Perrín (Buenos Aires/Argentina)


Cecilia fue una mujer con firmes convicciones cristianas que dijo «no» al aborto cuando le dijeron que era la única alternativa que tenía de salvar su vida, era ella, o su bebé.


Cecilia nunca dudo de su elección. Falleció ocho meses después del nacimiento de su hija ya que la enfermedad había avanzado irreversiblemente.


La Santa Sede aprobó en el año 2005 que se inicie su causa de beatificación y canonización.


Bárbara Castro (Córdoba/España)


Bárbara fue periodista de la delegación de medios del Obispado de Córdoba.


Al enterarse de que padecía de un cáncer de lengua agresivo, no dudo ni un momento en preferir la vida de su bebé a la suya propia.


El tratamiento que le proponían contra el cáncer, acabaría con la vida de la hija que crecía en su vientre.


Su esposo recuerda: «Bárbara dio su vida por amor hacia su hija, hacia mí y hacia Dios, que el sacrificio de mi esposa sirva para dar testimonio a favor de la vida, estoy dispuesto a honrarla como ella merece.


Lorraine Allard (Norfolk/Inglaterra)


Lorraine era una joven madre de 33 años que dio su vida por su hijo.


Padecía un avanzado cáncer de hígado, la única alternativa para tratar de controlar la enfermedad era someterse a un tratamiento de quimioterapia y esto acabaría con la vida del bebé que con amor esperaba ver nacer.


Sus palabras fueron: «Si voy a morir, mi bebé vivirá», así que desechó la posibilidad de realizarse un aborto.


Su bebé nació prematuramente, y estaría en una incubadora para mantenerle con vida. Lorraine comenzó su tratamiento contra el cáncer, pero falleció debido al estado avanzado de la enfermedad. 


«Los médicos nos dijeron que el cáncer no tenía cura, aunque trataron de disminuir los tumores. El día que murió, Lorraine llevaba dos semanas sin comer y no podía beber. Su muerte fue muy pacífica, me tomó la mano y nos abrazamos, su corazón se apagó», dijo su esposo Martyn Allard.


Elizabeth Joice (Nueva York/Estados Unidos)


A Elizabeth Joice le habían diagnosticado cáncer en los pulmones. Al principio no quería vivir, pero con el apoyo de su novio, quien luego se convirtiera en su esposo, decidió afrontar la enfermedad.


El pronóstico de Elizabeth era alentador, aparentemente había superado la enfermedad. Cuando recibe la noticia de que sería madre, también se entera de que el cáncer había regresado y más agresivo que la vez anterior.


El tratamiento contra el cáncer habría conllevado a la muerte de su bebé, ella como toda Madre coraje, dio su vida para que su hijo naciera.


Se realizó una operación de emergencia para extirpar el tumor, pero no permitió que le realizaran ningún otro tratamiento que pusiera en riesgo la vida de su bebé.


Su hijo nació completamente sano, pero Elizabeth falleció poco tiempo después.


Sarah Wickline Hull (Luisiana/Estados Unidos)


A Sara le diagnosticaron durante su embarazo que tenía «linfoma anaplásico de células grandes», un tipo de cáncer que afecta a los ganglios linfáticos y otras partes del cuerpo.


La alternativa presentada por los médicos era que se realizara un aborto terapéutico para luego continuar con los demás tratamientos contra el cáncer.


Esta valiente madre le dijo «no al aborto» a pesar de poner su vida en riesgo.


En sus propias palabras contó que se había convertido al catolicismo y su fe fue su apoyo en los momentos más difíciles: «Me convertí en 2007 y a mí me diagnosticaron cáncer en 2008. Si no hubiera tenido fe, no sé cómo hubiera logrado atravesar todo esto, especialmente por la enseñanza de la Iglesia sobre el sufrimiento: el saber ofrecerlo por otros».


Javiera Suárez (Santiago de Chile/Chile)


Javiera era joven, con una carrera periodística prometedora y una familia en crecimiento cuando el cáncer cegó su vida.


Cuando cursaba el tercer mes de su embarazo le diagnosticaron «melanoma», el tratamiento a este cáncer de piel acabaría con la vida del bebé que crecía dentro de ella.


Ella dejó todo y se dedicó a cuidar de su salud en casa. Recibió a los siete meses un tratamiento de inmunoterapia, pues las probabilidades de que el cáncer se transmitiera al bebé eran muy altas.


Con el apoyo de las religiosas de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, asistía al Santuario de la Medalla Milagrosa en Santiago de Chile para pedir con fe a la Virgen su intercesión para que su hijo naciera sano.


Gracias a Dios su hijo nación saludable. Ella participó posteriormente en actividades para ayudar a otras personas que padecían de cáncer. Pero en menos de dos años el cáncer acabó con su vida.


En una entrevista ella dijo: «La devoción a la Virgen y creer en Dios reconforta y ayuda a enfrentar el cáncer que sea que te ponga la vida. La vida es así, tiene altos y bajos. Y para esos altos, compartirlos con Dios es espectacular. Y para esos bajos, aferrarte a Dios y a la Virgen, no tienes 

Fuente: Actuall/InfoCatólica