La ternura es
un lenguaje que permite manifestar nuestro amor
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Galina Kovalenko | Shutterstock |
La ternura se
lee en las miradas, se escucha en las palabras, se siente en los gestos,
expande el corazón y el cuerpo. Una pareja
no puede durar sin cultivarla.
San Juan Pablo II ofrece una hermosa definición de ella: "La ternura nace
de la comprensión del estado de ánimo ajeno”
“Mi
marido/mujer está ahí sin estar realmente”. Esta queja
revela que la ternura es quizás, ante todo, una cualidad de presencia. Es una
actitud interior necesaria para el amor. Sin ella, los gestos pueden perder
todo su significado. Un gesto de ternura puede ser mal recibido cuando
va acompañado de muestras simultáneas de indiferencia.
Por tanto, “la
ternura nace de la comprensión del estado de ánimo ajeno y tiende a comunicarle
cuán cercanos se está a él”, explica san Juan Pablo II en Amor y responsabilidad. La
ternura que es atenta y que cuida procura fuerzas y energías para afrontar el
día a día.
Una ternura
“firme”, no una sentimentalidad insípida
La ternura es
desinteresada, permanente y no puede ser instrumentalizada
para obtener una unión sexual. Sin embargo, es necesaria para esa
unión, para disolver las preocupaciones, las incomprensiones y favorecer el
abandono de los cuerpos.
La ternura
nutre el amor, le permite expresarse, hacerse concreto. La ternura
confiere dulzura al amor, para suplir los altibajos de una relación apasionada.
La atmósfera de
ternura entre los esposos es un regalo inestimable para los hijos. Los
envuelve también, les da un sentimiento de seguridad y les hace confiar en la
relación, en un futuro de pareja posible también para ellos. La respiran sin
percatarse de ella, pero les fortalece, les estabiliza.
San Juan Pablo
II decía que la ternura debe ser firme, para no caer en una
sentimentalidad insípida. Esta ternura se distingue de la que se dedica a un
niño para que se desarrolle.
La ternura entre
esposos no es maternal. Tiene la firmeza que se
corresponde con un amor maduro de adulto, que eleva al otro. Es
el vehículo para decirle al otro que es importante, interesante y único.
Edifa
Fuente:
Aleteia