El Papa ha autorizado este
viernes los decretos que darán a la Iglesia cuatro beatos que representan a
Sudamérica y Europa. Entre ellos, el médico José Gregorio Hernández, uno de los
hijos más célebres de la Iglesia de Venezuela, y la religiosa María Laura
Mainetti, asesinada en Italia en un ritual satánico hace 20 años
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Foto: Vatican News |
La Iglesia de Venezuela se
alegra por la próxima beatificación de uno de sus hijos más célebres. Se trata
del laico José Gregorio Hernández Cisneros, nacido el 26 de octubre de 1864 en
Isnotú, en el estado andino de Trujillo, y fallecido en 1919 en Caracas tras un
accidente de coche a la edad de 54 años.
José fue el primero de seis hermanos.
Se graduó en Medicina en Caracas y profundizó sus estudios en París, Berlín,
Madrid y Nueva York.
Se convirtió en profesor
universitario y científico: fue uno de los primeros en introducir el
microscopio en el país y fundó la cátedra de bacteriología en la universidad de
la capital venezolana. Una fe viva lo acompañaba siempre: para él la medicina
era una misión, sobre todo para los más necesitados. A menudo compraba
medicinas para sus pacientes y en lugar de pedirles dinero por la consulta, se
la daba. De hecho, en su Venezuela natal es conocido como el «médico de los
pobres».
Valor durante la gripe de
1918
José Gregorio tenía una
fuerte vocación religiosa: en un principio quería ser monje y se fue a Italia
en 1908, donde entró en la comunidad de Certosa di Farneta, en la provincia de
Lucca. Sin embargo, tuvo que volver a casa por razones de salud. Lo intentó de
nuevo algunos años más tarde, comenzando los estudios teológicos en el Colegio
Pío Latinoamericano en Roma, pero enfermó nuevamente.
Así, comprendió que Dios lo
estaba llamando a la vida laical, y se convirtió en Terciario Franciscano, de
modo que, como san Francisco de Asís, reconoció el rostro de Jesús en cada
enfermo. Trató a los pacientes con valentía durante la epidemia de gripe de
1918. El 29 de junio de 1919, mientras iba a la farmacia a comprar medicinas
para una anciana, fue atropellado por un coche y llevado al hospital donde
recibió la Unción de los Enfermos. Murió diciendo «¡oh, Virgen Santa!».
Mártir en un ritual
satánico
El Papa ha reconocido
además el martirio de la sierva de Dios María Laura Mainetti. Esta religiosa
italiana, nacida en Colico en la provincia de Lecco el 20 de agosto de 1939,
profesa por la Congregación de las Hijas de la Cruz, Hermanas de San Andrés,
fue asesinada por odio a la fe por tres jóvenes, en un ritual satánico, en
Chiavenna el 6 de junio de 2000. Ahora será proclamada beata.
Fue la décima hija de una
pareja de Valtellina y quedó tempranamente huérfana de madre. Teresina
interpretó como el plan de Dios para su vida las palabras de un sacerdote
durante una confesión, que la llevaron a desear una «vida toda entregada en el
amor». Así, en 1957 comunicó a su familia que quería ser monja y se dedicó a la
educación, la formación y la asistencia espiritual y material de niños y
adolescentes.
Precisamente para ayudar a
una chica que la había llamado por teléfono y le había dicho que había quedado
embarazada después de una violación, salió del convento sola la noche del 6 de
junio de 2000. Fue un engaño que la llevó a la muerte, pero no sin antes haber
pronunciado palabras de perdón para sus tres jóvenes verdugos.
Un obispo con sentido
social
Entre los decretos
autorizados por el Santo Padre se encuentran otros dos milagros que harán
posibles sendas beatificaciones. El primero es el del argentino Mamerto Esquiú.
Miembro de la Orden de los Frailes Menores, fue nombrado obispo de Córdoba tres
años antes de su muerte en 1880. Había nacido el 11 de mayo de 1826 en San José
de Piedra Blanca y falleció el 10 de enero de 1883 en La Posta de El Suncho.
Los testimonios sobre él son unánimes en destacar su compromiso con la armonía
social y la unidad del pueblo argentino durante los difíciles años de la guerra
que llevó a la constitución del país moderno en pleno siglo XIX. El milagro
reconocido por su intercesión se refiere a la curación, científicamente
inexplicable, de una niña que padecía osteomielitis.
Afán misionero
También será beatificado el
alemán Francisco María de la Cruz, nacido Juan Bautista Jordán, sacerdote
fundador de la Sociedad del Divino Salvador y de la Congregación de las
Hermanas del Divino Salvador. Nacido en una familia pobre el 16 de junio de
1848 en Gurtweil, en la Selva Negra, Juan Bautista trabajó durante mucho tiempo
como pintor y decorador para ayudar a su familia económicamente y solo gracias
a la generosidad de benefactores pudo realizar sus votos religiosos.
Durante sus años de estudio
y luego durante un viaje a Tierra Santa, desarrolló una idea muy antigua de
fundar una organización que uniera a los católicos de todos los niveles para
defender y propagar la fe. Esta misión lo llevó a la India, a distintas partes
de Europa y a América, hasta su muerte el 8 de septiembre de 1918 en Suiza.
Otro decreto también ha
reconocido las virtudes heroicas de quien ahora podrá ser llamada venerable
sierva de Dios Gloria María de Jesús Elizondo García, nacida Esperanza, Superiora
General de la Congregación de los Misioneros Catequistas de los Pobres. Nació
en Durango, México, el 26 de agosto de 1908 y murió en Monterrey.
Fuente: Vatican News / Alfa
y Omega