PAPA FRANCISCO CONMOVIDO POR ÚLTIMO DESEO DE ANCIANA ENFERMA DE CORONAVIRUS

“Las sombras que se nos han metido en casa desaparecerán; con heridas en el corazón, una humanidad unida volverá a levantarse”

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En una entrevista al periódico italiano La Stampa de Turín, el Pontífice habla de su dolor en estos días de crisis por el virus y de la necesidad de reconstruir desde tres pilares: “raíces, memoria, hermandad y esperanza”, además respondió: ¿Cómo hay que vivir esta Pascua en medio de la pandemia?

El papa Francisco, preocupado, se informa a diario de la emergencia del Coronavirus. Por ello contó en una entrevista al periódico La Stampa, publicada este viernes 20 de marzo de 2020, un caso sucedido en un hospital italiano y que le partió el corazón. 

En estos días me contaron una historia que me sacudió y dolió, y representa también lo que está pasando en los hospitales. Una anciana comprendió que se estaba muriendo y quería despedirse de sus seres queridos: la enfermera fue por el teléfono y videollamó a su nieta, por lo que la anciana pudo ver la cara de su nieta y pudo irse con este consuelo. 

Es la necesidad última de tener una mano que tome la tuya. Un gesto de compañía final. Y muchas enfermeras y enfermeros acompañan este deseo extremo con la oreja, escuchando el dolor de la soledad, tomando la mano. 

El dolor de los que se han ido sin despedida se vuelve herida en el corazón de los que se quedan. Agradezco a todos estos enfermeros y enfermeras, médicos y voluntarios que, a pesar del extraordinario cansancio, se inclinan con paciencia y bondad de corazón para suplir la ausencia obligada de los familiares”, dijo Francisco al periodista Domenico Agasso JR.

Humanidad unida se levantará 

El Papa insistió en dar un mensaje esperanzador, a pesar de la crisis por el virus: “las sombras que se nos han metido en casa desaparecerán; con heridas en el corazón, una humanidad unida volverá a levantarse”. “Aquí se llora y se sufre. Todos. Solamente podremos salir de esta situación juntos, como humanidad entera». Por eso hay que “mirar al otro con espíritu de solidaridad” y hacer actos de amor y de misericordia.  

Francisco es realista con sus palabras, después de este tiempo, la situación será “un poco como después de la guerra”. Afirmó que habrá que reconstruir sobre cuatro pilares principales: “las raíces”, representadas principalmente por los abuelos, por los ancianos; “la memoria” de estos días tan surreales; “la fraternidad” entre los seres humanos; “la esperanza, que nunca desilusiona”.

Pascua “a puerta cerrada” 

El Obispo de Roma es consciente que se acerca una Pascua “a puerta cerrada”, con celebraciones en streaming live, por televisión o radio. Será una Semana Santa y Pascua diferente y traerá dolor y miedo. 

Por ello, invitó a las personas a vivir esta Pascua en medio de la pandemia: “con penitencia, compasión y esperanza. Y humildad, porque muchas veces se nos olvida que en la vida hay “zonas oscuras”, momentos oscuros. Pensamos que eso solo le puede pasar a otro. En cambio, este tiempo es oscuro para todos, sin exclusión. Está marcado por dolor y sombras, que se nos han metido a la casa. Es una situación diferente de las que hemos vivido. Incluso porque nadie puede permitirse estar tranquilo, cada uno comparte estos días difíciles”.

Ánimo a toda la humanidad 

En las palabras del Papa hay consuelo y ánimo para toda la humanidad, y no sólo para los casi 1300 millones de católicos en el mundo. “No quiero distinguir entre creyentes y no creyentes. Todos somos humanos y, como hombres, todos estamos en la misma barca. Y para un cristiano nada humano debe ser ajeno. Aquí se llora porque se sufre. Todos. Tenemos en común la humanidad y el sufrimiento. Nos ayudan la sinergía, la colaboración recíproca, el sentido de responsabilidad y el espíritu de sacrificio que se genera en tantos lugares. No hay que distinguir entre creyentes y no creyentes, hay que ir a la raíz: la humanidad. Ante Dios todos somos hijos”.

Rezar siempre 

El Papa instó a rezar mucho en estos momentos de tribulación para la humanidad. “Me acuerdo de los Apóstoles durante la tormenta, que invocaban a Jesús: “Maestro, nos estamos ahogando”. La oración nos deja comprender nuestra vulnerabilidad. Es el grito de los pobres, de los que se están hundiendo, de los que se sienten en peligro, solos. Y, en una situación difícil, desesperada, es importante saber que está el Señor, y que nos podemos aferrar a Él”. 

Red de solidaridad 

En la entrevista al periódico La Stampa, el Pontífice subrayó la red de solidaridad compuesta por miles de personas que se están sacrificando por el bien de los demás. Una ocasión para “recordarle a los hombres de una vez por todas que la humanidad es una única comunidad. Y lo importante y decisiva que es la fraternidad universal. Tenemos que pensar que será un poco como después de una guerra. Ya no estará “el otro”, sino que estaremos “nosotros”. Porque solo podremos salir de esta situación todos juntos”.

Ary Waldir Ramos Díaz

Fuente: Aleteia