Las comendadoras de
Granada te enseñan a hacer fruta confitada para tu roscón
La comunidad de Comendadoras de Santiago, de Granada.
Foto: Monasterio de la Madre de Dios
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Las comendadoras de
Santiago de Granada son «las monjas». Hay otras cuatro comunidades de
contemplativas en la ciudad, pero a ellas todo el mundo las llama, simplemente,
«las monjas».
Y esto es así desde 1501, cuando llegaron las primeras religiosas
al convento que fundaron en Granada los Reyes Católicos tras la toma de la
ciudad unos años antes. Fueron varias monjas del monasterio del Sancti Spiritus
de Salamanca y doce damas de la reina Isabel.
Desde entonces han estado
en la ciudad de manera ininterrumpida, «y por muchos años más», ríe sor
Auxiliadora, una de las 19 religiosas que vive en el convento. «Éramos 23 hasta
ahora, pero cuatro hermanas se han ido hace poco a Guinea Ecuatorial a fundar»,
cuenta.
De las 19, tres son
españolas y el resto proceden de la India, precisamente las más jóvenes. «Nos
llevamos muy bien. Ellas se han acostumbrado a nosotras y nosotras a ellas.
Todas hemos tenido que renunciar a algo y así estamos bien. Además, ellas están
siempre con la sonrisa en los labios, lo hacen todo muy fácil».
Las comendadoras son monjas
contemplativas de clausura pero por sus constituciones pueden tener medios de
apostolado, y por esta razón regentan una guardería, una hospedería y una casa
de espiritualidad donde se hacen convivencias y retiros.
Todo esto lo llevan a cabo
en un entorno que tiene mucha historia: «Los Reyes Católicos nos dieron 18
casas árabes para nuestra fundación, pero en 1700 estas casas se caían, hasta
el punto de que nuestras hermanas escribieron al rey y este mandó a Sabatini, que
construyó nuestro monasterio actual, en el Realejo, en el centro de la ciudad:
10.000 metros cuadrados y cuatro patios que ponemos a disposición de todo aquel
que nos quiera visitar».
Además de todo eso, hacen
bordados en oro a mano y también cosen a máquina, pero su especialidad son los
dulces: roscos de vino, de anís, de ajonjolí, aceitones, mantecados,
polvorones, mazapán, tortas de Santiago…, y así hasta 33 clases de dulces,
entre los que destacan por encima de todo sus frutas escarchadas, «que es lo
nuestro de toda la vida». Las comendadoras fabrican frutas en almíbar y
confitadas que envían a pastelerías de toda España, sobre todo en estos días en
que muchos hornos de toda la geografía las reclaman para elaborar los roscones
de Reyes.
«Nosotras hemos hecho
dulces siempre y todo el mundo nos conoce, sobre todo aquí en Granada. Nos
cuidan mucho y toda la vida hemos sido muy queridas», dice sor Auxiliadora.
Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Preparación de la receta
Foto: Monasterio de la Madre de Dios |
Sandía, melocotón,
albaricoque, cereza, naranja… Las comendadoras de Santiago confitan todo tipo
de fruta, y cada una tiene su tratamiento particular. Por ejemplo, a la cereza
se le quita el rabo y el hueso con una horquilla; a la naranja se la pela un
poco nada más, sin llegar a la pulpa, y se pone en agua dos días para quitarle
el amargor.
Luego la fruta se cuece y
se corta en trozos, y después se echa el almíbar (un tercio de agua y dos de
azúcar).
Cuando la fruta suelta una
espumilla blanca, eso indica que necesita más almíbar. Cuando vuelve a ocurrir
se añade almíbar de nuevo, así hasta tres veces. Y se reserva el tiempo que se
quiera.
A la hora de confitar, se
saca el contenido del bote y se vuelve a hervir. Después se pasa brevemente por
un almíbar más fuerte y se pone a secar en una rejilla hasta que queda ya
confitada.
Fuente: Alfa
y Omega