Es muy distintiva y puede reconocerse fácilmente
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En su enseñanza sobre el discernimiento de
los espíritus, san Ignacio de Loyola establece unas reglas específicas para
saber identificar la voz que habla en tu alma. En particular, Loyola explica
cómo identificar si es Satán quien te está hablando.
Loyola señala que “si
en el discurso de los pensamientos que trae, acaba en alguna cosa mala o
distractora, o menos buena que la que el ánima antes tenía propuesta de hacer,
o la enflaquece o inquieta o conturba a la ánima, quitándola su paz,
tranquilidad y quietud que antes tenía, clara señal es que procede de mal
espíritu, enemigo de nuestro provecho y salvación eterna”.
Aunque en la mayoría de los
casos esto es cierto, existe también una dimensión añadida de discernimiento
con respecto al estado del alma de una persona.
Si el alma se mueve “de bien en
mejor, el buen Ángel toca a la tal ánima dulce, leve y suavemente”, mientras
que el
mal Ángel “toca agudamente y con sonido e inquietud”.
Si
el alma se mueve “de mal en peor”,
entonces lo verdadero es lo contrario a lo anterior, el buen espíritu puede
parecer cortante e intentar devolvernos vehementemente en la buena dirección,
mientras que el mal Ángel intentará seducirnos “suavemente” para caer en un
pecado peor.
Por tanto, es
importante comprender el estado de nuestra propia alma antes de determinar qué
voz nos está hablando.
La observación de Loyola derivó
de años de discernimiento en su propia vida y ha encontrado confirmación en
otras fuentes.
Por ejemplo, un sacerdote del
siglo XVI llamado Lorenzo Scupoli escribió: “El diablo hace el máximo esfuerzo para
desterrar la paz del corazón de uno, porque sabe que Dios reside en la paz y
que es en la paz donde logra grandes cosas”.
La próxima vez que oigas una voz
en tu corazón que influya en tus sentimientos y emociones, da un paso atrás y
usa la guía de Loyola para discernir.
Puede que sea precisamente el
diablo tratando de arrancarte de Dios, llevándote a las profundidades de la
desesperación.
Philip Kosloski
Fuente:
Aleteia