Combate los siete pecados capitales con las siete virtudes celestiales
Como seres humanos caídos que somos, todos
tenemos problemas con el pecado. Muchos tenemos algunos pecados en concreto que
nos resultan especialmente difíciles de superar. La buena noticia es que a
través de la gracia de Dios podemos superarlos y que Dios ya ha determinado un
completo plan de batalla.
Además de
recurrir a los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía, para arrancar el
pecado de raíz debemos abordar la raíz misma
de todo. Teológicamente hablando, la Iglesia ha definido el origen de nuestros
pecados como los “siete pecados capitales” o los “siete pecados mortales”.
El
padre William Saunders explica que “los pecados capitales son la fuente de
todos los pecados. La palabra ‘capital’ deriva del latín ‘caput’, que significa ‘cabeza’.
Santo Tomás
de Aquino profundizó la definición en su Summa Theologiae, diciendo: “un vicio
capital es el que se ordena a un fin muy apetecible, de tal modo que, al
apetecerlo, el hombre llega a cometer muchos pecados, todos los cuales se dice
que proceden de aquel vicio como de un vicio principal”.
En otras
palabras, podemos rastrear el origen de todos nuestros pecados hasta llegar a
alguno de estos siete tipos primarios de pecados.
Una manera poderosa de combatirlos en
nuestro esfuerzo por ser santos es practicar las virtudes opuestas que
contrarresten estos pecados.
El Catecismo de la Iglesia Católica explica
que estas “virtudes morales crecen
mediante la educación, mediante actos deliberados y con el esfuerzo
perseverante. La gracia divina las purifica y las eleva”.
Si queremos
vencer estos pecados mortales, debemos aprender las virtudes que los
contrarrestan y recurrir a la ayuda de Dios para ayudarnos en nuestro esfuerzo
diario para incluirlas en nuestra vida.
Uno de los elementos clave para superar el
pecado son los “actos deliberados” de virtud, en los que ponemos intención en
cultivar un determinado hábito.
Si queremos dejar de cotillear sobre
alguien, en su lugar debemos escoger hablar de forma caritativa sobre ese
alguien. Si la comida
es un problema en nuestra vida, practicaremos deliberadamente la moderación y
regularemos nuestra ingesta.
Independientemente
del mal hábito o vicio que queramos suprimir, hemos de poner una virtud que lo
sustituya.
Como avanzadilla, a continuación
encontrarán los siete pecados capitales con su virtud divina correspondiente
que debería practicarse para realizar un cambio vital completo.
Soberbia – Humildad
Avaricia – Generosidad
Lujuria – Castidad
Ira – Paciencia
Gula – Templanza
Envidia – Caridad
Pereza – Diligencia
Avaricia – Generosidad
Lujuria – Castidad
Ira – Paciencia
Gula – Templanza
Envidia – Caridad
Pereza – Diligencia
Philip
Kosloski
Fuente:
Aleteia