La disciplina puede convertirse en una de tus mejores herramientas, como lo fue para los santos. Pon en práctica esta virtud para concluir de la mejor manera tu rutina diaria
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CarlosBarquero | Shutterstock |
La virtud de la
disciplina es una de las claves fundamentales para alcanzar nuestros objetivos
y vivir una vida más organizada y productiva. Siendo una herramienta que nos
ayuda a lograr lo que realmente queremos, sin dejar que las distracciones nos
desvíen y para ello tendremos como apoyo a los santos quienes serán tus mejores
aliados.
¿Qué es la
disciplina y por qué es importante?
La disciplina
no es solo una cuestión de autocontrol, sino la habilidad para hacer lo que
sabemos que debemos hacer, en el momento en el que lo tenemos que hacer y con
el fin de tener un bien mayor en nuestra vida. Incluso cuando no tenemos
ganas.
La disciplina
es lo que nos permite mantenernos enfocados, organizados y comprometidos
con nuestras metas, ya sea mejorar
nuestra salud, aprender una habilidad nueva, avanzar en nuestro trabajo o
cualquier otra cosa que valoremos.
Tener
disciplina no significa ser rígido o no disfrutar de la vida, sino poder
balancear nuestras responsabilidades con nuestros deseos de una manera que nos
beneficie a largo plazo.
Por esta razón,
te mostraremos algunos consejos de los santos para lograr mantener la
disciplina:
1. Oración
diaria con San Francisco de Sales
San Francisco
de Sales nos enseña que la oración es esencial para mantener el alma en calma y
enfocada. La disciplina comienza con la relación con Dios, y la
oración constante nos ayuda a estar alineados con nuestra misión y propósito.
Consejo: dedica
un tiempo fijo cada día para orar, meditar o reflexionar. Aunque solo sean
10-15 minutos; esta disciplina fortalecerá tu alma y te preparará para
enfrentar las pruebas del día, pídele a Dios este don.
2. Paciencia
y perseverancia con Santa Teresa de Ávila
Santa Teresa de Ávila nos muestra que la
disciplina no siempre es fácil, pero que la perseverancia y la paciencia son
esenciales. Incluso cuando las circunstancias son difíciles, debemos seguir
adelante con calma y confianza.
Consejo: no
te desanimes si no ves resultados inmediatos. La verdadera disciplina se
cultiva en la constancia. Toma un día a la vez y mantén la paciencia contigo
mismo.
3. Domina
tus deseos con San Benito de Nursia
San Benito,
conocido por la Regla que
escribió para su orden, enfatiza la importancia de la autodisciplina y el
autocontrol. El control de los deseos y pasiones es clave para alcanzar una
vida equilibrada y virtuosa. El trabajo, la oración y el descanso son
esenciales para una vida ordenada.
Consejo: establece
un horario que incluya trabajo, oración y descanso, y sé disciplinado al
adherirte a él. Evita caer en la trampa de la gratificación instantánea y
aprende a decir no a lo que no contribuye a tu bienestar a largo plazo.
4. Sufrir
con alegría (San Juan Pablo II)
San Juan Pablo
II nos enseñó que la disciplina también implica aceptar el sufrimiento con una
actitud positiva. La vida no está exenta de dificultades, pero con disciplina y
fe, podemos transformarlas en oportunidades de crecimiento espiritual.
Consejo: no
te rindas cuando enfrentes desafíos. La disciplina es también una actitud de
fe ante la adversidad. Encuentra fuerza en la oración y en tus principios e
ideales.
5. La
importancia de la humildad (Santa Teresa de Lisieux)
Santa Teresa de
Lisieux, conocida como "la santa de la pequeñez", enseñó que la
verdadera disciplina espiritual radica en hacer pequeñas cosas con gran amor.
La humildad es la clave para no caer en la
autoexigencia excesiva. La disciplina no debe ser una carga, sino una forma de
crecer en el amor.
Consejo: practica
la humildad en tus acciones. No te presiones demasiado por la perfección.
Reconoce tus limitaciones y confía en que cada pequeño paso hacia adelante
cuenta.
Karen Hutch
Fuente:
Aleteia