El Papa Francisco se
refirió a la “actitud especial” de Jesús ante nuestros pecados
El
Señor no se cansa de llamar a cada uno para que cambiemos nuestra vida, para
que demos un paso hacia Él a fin de convertirnos. Y lo hace con la dulzura y la
confianza de un Padre. Son los conceptos fundamentales que expresó el Santo
Padre en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de
Santa Marta, el último martes de febrero
Cuaresma
es un tiempo que nos ayuda en la conversión, en el acercamiento a Dios, en el
cambio de nuestra vida. Y ésta es una gracia que hay que pedir al Señor.
Jesús
llama con dulzura y confianza de padre
Inspirándose
en la lectura tomada del primer libro del Profeta Isaías que ofrece una
verdadera “llamada a la conversión”, el Papa Francisco se refirió a la “actitud
especial” de Jesús ante nuestros pecados.
“No
amenaza, sino que llama con dulzura, dando confianza. “Vengan y discutamos” son
las palabras del Señor a los jefes de Sodoma y al pueblo de Gomorra, al que –
tal como explicó el Papa – ya ha indicado el “mal” que hay que evitar y el
“bien” que hay que seguir. Y así también lo hace con nosotros:
“El
Señor dice: ‘Ven, vamos. Ven y discutamos. Hablemos un poco’. No nos asusta. Es
como el papá del hijo adolescente que ha hecho una travesura y debe
reprenderlo. Y sabe que si va con el bastón la cosa no irá bien, debe entrar
con la confianza. El Señor en este pasaje nos llama así: ‘Vamos, vengan.
Tomemos un café juntos. Hablemos, discutamos. No tengan miedo, no quiero
aporrearlos’. Y dado que sabe que el hijo piensa: ‘Pero yo he hecho algunas
cosas’… Inmediatamente: ‘Incluso si tus pecados fueran como la escarlata, se
volverían blancos como la nieve. Si fueran rojos como la púrpura, llegarían a
ser como lana”.
En la confesión no a las
amenazas
De
modo que Jesús, como el padre con respecto a un hijo adolescente, con un “gesto
de confianza acerca al perdón y cambia el corazón”. Así lo hizo – recordó el
Papa Bergoglio – al llamar a Zaqueo o a Mateo, y así en nuestra vida, nos hace
ver “cómo dar un paso adelante en el camino de la conversión”:
“Demos
gracias al Señor por su bondad. Él no quiere aporrearnos ni condenarnos. Ha
dado su vida por nosotros y ésta es su bondad. Y siempre busca la manera de
llegar al corazón. Y cuando nosotros los sacerdotes, en el lugar del Señor,
debemos sentir las conversiones, también nosotros debemos tener esta actitud de
bondad, como dice el Señor: ‘Vengan, discutamos, no hay problema, el perdón
está’, y no la amenaza desde el inicio”.
Ir hacia el Señor con el
corazón abierto
El
Papa relató a este propósito la experiencia de un Cardenal confesor que
precisamente ante el pecado que intuye que es “grueso”, no se detiene demasiado
y va adelante, continúa el diálogo: “Y esto abre el corazón” – subrayó
Francisco – “y la otra persona se siente en paz”. Así hace el Señor con
nosotros, nos dice: “Vengan, discutamos, hablemos. Toma el recibo del perdón,
el perdón está”:
“A
mí me ayuda ver esta actitud del Señor: el papá con el hijo que se cree grande,
que se cree crecido y aún está a mitad de camino. Y el Señor sabe que todos
nosotros estamos a mitad de camino y muchas veces tenemos necesidad de esto, de
escuchar esta palabra: ‘Pero ven, no te asustes, ven. El perdón está’. Y esto
nos anima. Ir hacia el Señor con el corazón abierto: es el Padre que nos
espera”.
María
Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
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