“EL PAPA FRANCISCO TRANSMITE LO QUE CREE”

Entrevista al sacerdote y periodista español Fernando Cordero, autor de Masterchef de la santidad

El cura y periodista Fernando Cordero es el nuevo director de la centenaria revista 21. Para él, el Papa es un buen modelo comunicativo porque es coherente. Y la Iglesia, con su “buen hacer”, ofrece muchas historias que llenan de esperanza.

La comunicación de la Iglesia es un tema inagotable. ¿Qué se está haciendo bien?

Se están haciendo muchas cosas bien, en diferentes ámbitos, que van desde la comunicación de la Santa Sede, pasando por diócesis y congregaciones, hasta llegar a muchas parroquias que muestran, con luminosidad y buen hacer, historias que llenan de esperanza y de compromiso a sus destinatarios, un público cada vez más variado y “católico”.

En la actual era digital la Iglesia está presente y haciendo pensar, lo que supone un contraste con una manera de informar que puede incidir más en lo periférico que en lo sustancial.

La comunidad eclesial, donde hay tantas personas comprometidas, ofrece miles de buenas noticias en forma de tuit o de reportaje, pero tampoco se calla ante las injusticias de una aldea global en las que a veces parece que vamos con el rumbo perdido.

De ahí que la palabra de la Iglesia resuene con fuerza y reconocimiento tanto en Estados Unidos como en Venezuela, o en Europa con la preocupación por los refugiados, por poner algunos casos.

Este Papa se comunica muy bien y no lo ha estudiado. Entonces… ¿la buena comunicación de dónde surge?

De la transparencia, de la verdad, de lo auténtico. El Papa, sencillamente, transmite lo que vive, lo que cree. Es cercano porque se siente identificado con Jesús de Nazaret, con Francisco de Asís, con Ignacio de Loyola… Comunica porque no se quiere olvidar a los que son el núcleo del Evangelio: “Bienaventurados los pobres”.

Los católicos y sus editoriales, revistas, radios, televisiones… ¿logran evangelizar a un mundo que no sabe ni si quiere salvarse?

Logran ser levadura en la masa. Si todos estos medios no existieran, se echarían a faltar. Cumplen una misión, una invitación que va dirigida al hombre y a la mujer de hoy, para que realmente sean felices. No se trata de medios “adoctrinadores”, sino de medios que entran en la frontera, que acompañan tantas situaciones en las que hemos de seguir avanzando y ahondando.

Quizá muchos no entran en el lenguaje de “salvación”, pero sí en el del amor, de la entrega sin condiciones, de la donación sin límites. Adaptar nuestro lenguaje y utilizar bien imágenes y metáforas, pueden ayudar a dar a conocer la Buena Noticia. Benedicto XVI nos invitaba al “atrio de los gentiles”. Creo que es una orientación muy sabia y necesaria.

¿Ser cura y periodista es compatible y fácil?

Desde la adolescencia he querido ser periodista. En la actualidad vivo en la comunidad religiosa de los Sagrados Corazones de Barcelona, donde atendemos una iglesia y algunos religiosos trabajamos también pastoralmente y en la docencia en el Colegio Padre Damián SS.CC. Seguiré combinando esta misión con la dirección de la revista 21.

En mi Provincia religiosa me encargo de las comunicaciones internas. Creo que ser periodista da muchas posibilidades, tanto a la hora de escribir un artículo o preparar una homilía. En la comunicación nos jugamos mucho, sin duda. Por lo menos así lo entiendo personalmente, como una manera de servir a la Iglesia.

Va a dirigir una revista de Iglesia de casi 100 años. ¿Para qué sirve, una revista como 21 en estos momentos?

La revista 21, que en mayo de 2018 cumple cien años, es una publicación mensual cristiana, editada por la Congregación de los Sagrados Corazones. 21, que antes se llamaba Reinado Social, conserva una fuerte inspiración en la vida de San Damián de Molokai, apóstol de los enfermos de lepra.

Desde sus inicios ha tratado de hacerse eco de la Buena Noticia, entrando en diálogo con el mundo y, en la actualidad, sigue en esa senda de ayudar a pensar, reflexionar y ahondar en el misterio del ser humano, tal y como nos invita la Iglesia, lo que lleva a ir exponiendo diferentes realidades y situaciones delante de nuestros lectores, especialmente las de aquellos que viven en un ámbito de exclusión y quedan más tirados en la cuneta del camino.

Miriam Díez Bosch


Fuente: Aleteia