LA BIBLIA NO CABE EN UN MUSEO

Pero en Washington lo han conseguido

Espectacular. El nuevo Museo de la Biblia, seis pisos con dos niveles subterráneos, a pocos metros del Capitolio en el corazón de Washington, ya empieza a palpitar.

Mario J. Paredes, asesor católico del Museo de la Biblia, nos explica que después de “siete años de arduos trabajos”, ya está listo “el más avanzado Museo Bíblico del mundo en términos tecnológicos”.

La inauguración está prevista para el 17 de noviembre de 2017. Estos días se está trabajando para terminar esta obra colosal gracias al empeño de la familia Green, que ha donado su fortuna para que sea posible.

En la azotea del Museo se recrea la vegetación bíblica y en total, explica sir Mario Paredes, hay más de “40.000 objetos bíblicos y religiosos”.

Destacan 500 piezas que los mismos curadores del Museo consideran “objetos de clase mundial invaluables”, entre los cuales sobresalen escritos de la época de Abraham y fragmentos de los Pergaminos del Mar Muerto.

En el Museo hay de todo, incluso las Biblias que pertenecieron a Elvis Presley o la primera Biblia que viajó a la luna.

Los expertos bíblicos del mundo dispondrán de salas para el estudio así como para conferencias. Se está creando una nueva edición del Nuevo Testamento en griego y hay más de 60 universidades de todo el mundo que ya forman parte de la llamada Iniciativa Académica.

Existe una zona en la que varios hologramas recrean Jerusalén y Nazaret, con espacios también para niños.

Este ambicioso centro no pretende sólo difundir la fe bíblica, sino destacar el papel cultural que las Sagradas Escrituras han tenido en la cultura la literatura o el arte pero también en los derechos civiles y en la justicia social.

Agnósticos pero también personas de otras religiones encontrarán en este nuevo espacio expositivo piezas y recorridos originales.

El Vaticano está también implicado, no sólo ahora sino desde hace años cuando patrocinó una de las exposiciones itinerantes previas. De hecho, este Museo contará con una planta exclusivamente católica con tesoros de la Biblioteca Vaticana y de otros museos vaticanos. Distintas universidades pontificias de Roma también se han comprometido a ofrecer becas de estudio.

La empresa encargada de desarrollar el componente audiovisual e interactivo del Museo tiene un exitoso historial de colaboración con los Estudios Universal de Florida, el Cirque de Soleil, la cadena Hard Rock Cafe y con el Centro Time Warner.

Steve Green y su padre David —quienes donaron su fortuna privada para construir este Museo y adquirir la mayor parte de las piezas de colección— no ocultan su compromiso con la fe cristiana y esperan que este centro irradie la importancia de la Biblia a personas de todo el mundo.

El año pasado, el presidente del Museo, Cary Summers, comentó en The Atlantic su esperanza en que el Museo de la Biblia llegara a convertirse en «un faro para que todas las personas se comprometan con las ideas y la belleza de la Biblia».

Miriam Díez Bosch


Fuente: Aleteia