Los teólogos e historiadores no siempre coinciden en cuáles declaraciones papales a lo largo de los siglos pueden considerarse infalibles
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| Crédito: Daniel Ibañez/CNA |
El 8 de
diciembre la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de la Inmaculada
Concepción, una fiesta primordial en el calendario litúrgico de la Iglesia y
que toca indirectamente un punto de la doctrina eclesial importante pero
frecuentemente mal entendido.
La solemnidad
es la fiesta
patronal de Estados Unidos y marca el reconocimiento de la
ausencia de pecado original en la Madre de Dios, gracia que —enseña la Iglesia—
le fue concedida desde el momento de su concepción.
El Catecismo de
la Iglesia Católica afirma que
María fue “redimida desde su concepción” (n. 491) para “poder dar el
asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación” (n. 490).
El dogma fue
discutido y cuestionado por protestantes a lo largo de los siglos, lo que llevó
al papa Pío IX a reafirmarlo en su constitución
apostólica de 1854 Ineffabilis Deus, donde afirma sin
ambigüedades que María “fue adornada con la gracia del Espíritu Santo y
preservada del pecado original” desde su concepción.
Ineffabilis
Deus se cuenta entre las declaraciones papales que los teólogos han
considerado desde hace tiempo como “infalibles”. Pero ¿qué significa la
infalibilidad papal en el contexto y la historia de la Iglesia?
Definida por
el Concilio Vaticano I en 1870
Aunque los
historiadores de la Iglesia sostienen que numerosas declaraciones papales a lo
largo de los siglos pueden ser consideradas potencialmente infalibles según
esta enseñanza, el concepto en sí mismo no fue plenamente definido por la
Iglesia hasta mediados del siglo XIX.
En su primera
constitución dogmática sobre la Iglesia de Cristo, Pastor
Aeternus, el Concilio Vaticano I sostuvo que el Papa, cuando
“ejerce su supremo oficio de Pastor y Maestro de todos los cristianos, y en
virtud de su suprema potestad apostólica”, y cuando define “una doctrina sobre
la fe y sobre las costumbres, vincula a toda la Iglesia”, posee la
infalibilidad que Jesús “quiso que su Iglesia fuese dotada para definir la
doctrina sobre la fe y sobre las costumbres”.
El P. Patrick
Flanagan, profesor asociado de teología en la Universidad St. John’s, dijo a
CNA —agencia en inglés de EWTN News— que la doctrina de la infalibilidad papal
“no se refiere al carácter del Papa”.
“El Papa es
humano”, dijo Flanagan. “En otras palabras, es falible. Puede pecar y
equivocarse en lo que dice sobre cuestiones cotidianas”.
Sin embargo, en
“raros momentos históricos, definidos de manera muy precisa”, cuando el Papa
“ejerce su autoridad como supremo maestro de la Iglesia en el oficio petrino” y
habla “ex cathedra”, es guiado por el Espíritu Santo para expresar
“verdades indiscutibles” sobre la fe y las costumbres, señaló Flanagan.
Flanagan
subrayó los cuatro criterios específicos que debe cumplir una declaración papal
para ser considerada infalible. En primer lugar, el Papa debe hablar “en su
calidad oficial de sumo pontífice”, no de manera improvisada o informal.
La doctrina,
por su parte, debe referirse a una cuestión de fe o de moral. “Ningún Papa
hablaría ex cathedra sobre temas científicos, económicos u
otros asuntos no religiosos”, dijo Flanagan.
La declaración
también debe ser “explícitamente directa y definitiva”, afirmó, y “debe tener
la intención de obligar a toda la Iglesia como cuestión de fe divina y católica
romana”.
John P. Joy,
profesor de teología y decano de la facultad en St. Ambrose Academy en Madison,
Wisconsin, dijo a CNA que esta doctrina puede identificarse en parte mediante
la lectura de Mateo 16,19.
En ese pasaje,
Cristo le dice a Pedro, el primer Papa: “Te daré las llaves del reino de los
cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates
en la tierra quedará desatado en los cielos”.
“Parte de lo
que Jesús promete aquí es que Él respaldará y ratificará en el cielo todos los
juicios que Pedro haga en la tierra”, dijo Joy.
“De modo que
cuando Pedro (o uno de sus sucesores) gira la llave, por así decirlo, es decir,
cuando declara explícitamente que todos los católicos están obligados a creer
algo en la tierra, entonces tenemos las palabras de Jesús asegurándonos que el
mismo Dios nos considerará obligados a creer lo mismo en el cielo”, afirmó.
Aunque el
concepto de infalibilidad papal es bien conocido y se ha convertido en una
especie de referencia en la cultura popular, el número de veces que un Papa ha
declarado algo de forma infalible parece ser relativamente reducido.
Los teólogos e
historiadores no siempre coinciden en cuáles declaraciones papales a lo largo
de los siglos pueden considerarse infalibles. Joy señaló la Inmaculada
Concepción, así como la declaración del Papa Pío XII sobre la Asunción de la
Santísima Virgen en 1950, como dos de las más conocidas.
También
mencionó numerosas otras declaraciones, como la Benedictus Deus del
Papa Benedicto XII en 1336 y la Exsurge Domine del Papa León X
en 1520, como afirmaciones infalibles.
Flanagan señaló
que no existe “ninguna lista oficial” de declaraciones papales infalibles.
Tales declaraciones son “raras”, dijo. “Un Papa invoca sus poderes
magisteriales extraordinarios con moderación”.
Cuando los
católicos confían en una declaración papal infalible, recalcó Joy, “no están
poniendo [su] fe en el Papa como si fuera un oráculo de la verdad o una fuente
de revelación divina”.
“Sino que más
bien ponemos nuestra fe en Dios, en quien creemos firmemente que intervendrá
para detener a cualquier Papa que pudiera verse tentado a proclamar de manera
definitiva una doctrina falsa”, afirmó.
Traducido y
adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.
Por Daniel
Payne
Fuente: ACI Prensa
