Manuel Zarzo, uno de los científicos que investigan el Santo Cáliz, explica los últimos hallazgos sobre el mismo, presentados la semana pasada en un congreso en Valencia con motivo de por su año jubilar
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| Manuel Zarzo. Foto: AVAN |
Santo Cáliz.
Investigación, historia y alcance global es el lema del congreso
que organizó la semana pasada, con motivo de su año jubilar —inaugurado en
octubre— la fundación dedicada a este apasionante objeto que se custodia en la
catedral de Valencia. Manuel Zarzo, socio del Centro Español de Sindonología y
miembro del comité científico de la fundación, que lleva varios años
investigando sobre este cáliz, coordinó las ponencias del ámbito científico.
—Es profesor
de la Universidad Politécnica de Valencia, donde han realizado varios estudios
sobre el Santo Cáliz. ¿Por qué este interés?
—En 1960, Antonio Beltrán publicó un estudio exhaustivo que fue un avance
impresionante. Después el tema quedó algo parado. Cuando Carlos Osoro, siendo
arzobispo de Valencia, quiso promover la difusión del Santo Cáliz y en 2015 se
concedió un año jubilar cada lustro, se vio la necesidad de avanzar en los
estudios porque el de Beltrán había quedado algo anticuado. Como en Valencia
hay muchos científicos, vimos que esta línea de investigación tenía que seguir
abierta. Ha habido muy buena predisposición.
—¿Cuáles son
los últimos hallazgos?
—Lo más reciente son los estudios de este año sobre el tema de la coloración
del Santo Cáliz. En 2018, la profesora María Cinta Osácar de la
Universidad de Zaragoza, experta en geología y gemología, nos comentó que la
copa de ágata era del color natural del mineral, sin estar teñido, y que la
mancha blanquecina podía ser debida a un ataque puntual con algún ácido. Pero
tiempo después, en un libro del experto italiano Dario del Bufalo [uno de los
principales ponentes del congreso, N. d. R.], encontré que hablaba de otras
copas decoloradas y afirmaba que estaban teñidas con miel caramelizada. Decidimos
seguir esa línea. El profesor José María Monzó, de mi universidad, introdujo
esferas de cuarzo marrón, similar al ágata, en ácidos fuertes. Comprobó que 64
días después prácticamente no se habían blanqueado, lo que demuestra que la
mancha del Cáliz es por eliminación del pigmento artificialmente añadido.
—Entonces,
¿creen que el ágata original sería del color de esa mancha?
—Efectivamente. Estoy en contacto con un taller en Khambhat (India), que
mantiene la tradición milenaria del tallado de este tipo de piedras. Les pedí
que me consiguieran el tipo de ágata más parecida a la del Santo Cáliz en
cuanto al bandeado y traslucidez. Luego les encargué un cuenco sin teñir. Me
llegó hace solo unos días. Sus vetas son muy parecidas a las de la mancha del
Cáliz de Valencia. Creo que vamos bastante encaminados.
—Si se
confirmara que la piedra está teñida, ¿supondría alguna diferencia?
—Ayudaría a corroborar la antigüedad, porque lo normal de estas piezas era que
estuvieran teñidas en esa época. Sobre el ágata hay una curiosidad: en la
Biblia hay dos listas de piedras preciosas y la cornalina, de color similar al
Santo Cáliz, aparece en primer lugar en ambas listas; es decir, era la
más valorada. No creo que sea casualidad que al elegir la casa de la Última
Cena —y, de forma indirecta, qué copa de bendición utilizaría— Jesús optara por
esta, ya que además su simbología es acorde con la Eucaristía.
—Otros
compañeros suyos de la Universidad Politécnica, Xavier Mas y Nicolás
Niquet-Herrero, estudiaron el grosor del vaso, un poco irregular.
—Nos da pistas sobre cómo fue tallado: primero el exterior y luego el interior,
que tiene más irregularidades. Es como se sigue haciendo en la India hoy.
Además, el grosor es fundamental para su datación: siglo I o II a. C. según
Dario del Bufalo. En el siglo I a. C. se desarrolló la fabricación del vidrio
por soplado. Tuvo un gran auge, lo cual hizo que cayera mucho la demanda de
vasos de piedra preciosa y obligó a los artesanos a tallarlos mucho más finos y
con detalles. Si nuestro Cáliz fuera posterior al auge del vidrio
soplado sería más fino, pero no es el caso.
—¿Tiene
previstas más investigaciones?
—Estamos haciendo experimentos con fluorescencia de rayos X y espectroscopía
Raman para identificar la composición elemental de los materiales del Santo
Cáliz. También queremos intentar reproducir la tinción en caramelo del ágata,
para luego poder reproducir la mancha blanquecina.
María Martínez López
Fuente: Alfa y Omega
