“Los instrumentos tradicionales de comunión, como los Capítulos, los Consejos, las Visitas canónicas y los momentos formativos, no pueden relegarse al ámbito de los enlaces “a distancia”
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Ayer tarde, el
Papa se reunió en el Aula del Sínodo con unos 160 consagrados, quienes hasta el
28 de noviembre participarán en la 104.ª Asamblea de la Unión de Superiores
Generales en Sacrofano, cerca de Roma. El Pontífice los ha exhortado a cultivar
la oración y a no descuidar el encuentro con los hermanos. Después los invita a
aprovechar las “extraordinarias oportunidades” de la tecnología, pero sin que
ello vaya en detrimento de las personas.
León XIV pide a
los religiosos que encuentren el enfoque y la distancia adecuados frente al
mundo digital, que “representa un desafío también para los consagrados”. Lo
hizo al reunirse, esta tarde del 26 de noviembre, en el Aula del Sínodo, con
unos 160 participantes en la 104.ª Asamblea de la Unión de Superiores Generales
(USG), titulada “Fe conectada: vivir la oración en la era digital”, que se
llevará a cabo en la Fraterna Domus de Sacrofano, desde hoy hasta el 28 de
noviembre.
Las
oportunidades de lo digital
En relación con
la “tecnología informática”, el Pontífice puntualiza:
“Sería miope
ignorar las extraordinarias oportunidades que ofrece para la comunión y la
misión, permitiéndonos llegar a personas lejanas, incluso a quienes, por vías
ordinarias, les resulta difícil acercarse a nuestras comunidades.”
Una oportunidad
que el propio León XIV supo aprovechar recientemente, dialogando a través de un
enlace por streaming desde el Vaticano con 16 mil jóvenes, participantes en la
National Catholic Youth Conference, reunidos en el Lucas Oil Stadium de Indianápolis,
en Estados Unidos.
Los riesgos
de la tecnología
Este modo de
interactuar, advierte el Papa, puede “influir fuertemente, y no siempre para
bien, en nuestra forma de construir y mantener relaciones”. De hecho, puede
surgir la tentación “de sustituir la mera conexión virtual por las relaciones
reales entre las personas”, justo cuando “son indispensables la presencia, la
escucha prolongada y paciente, y la compartición profunda de ideas y
sentimientos”, explica el Pontífice, remitiéndose a la Exhortación Apostólica
de Papa Francisco, Christus vivit. Y subraya que:
“Los
instrumentos tradicionales de comunión, como los Capítulos, los Consejos, las
Visitas canónicas y los momentos formativos, no pueden relegarse al ámbito de
los enlaces “a distancia”.”
Luego, León XIV
invita a no aplicar un criterio meramente pragmático, de conveniencia o de
eficiencia, cuando lo que está en juego es la pastoral. Hay que evitar la
presunción de “sentirnos gestores de muchos servicios”, de dejarnos “deslumbrar
por los reflectores del eficientismo, entorpecidos por los humos del
compromiso”. El riesgo sería “detenernos, o transformar nuestro camino de
peregrinos en una carrera desordenada y agotadora, olvidando su fuente y su
meta”.
En este
sentido, añade el Obispo de Roma, el Jubileo es “una ocasión preciosa para
volver a lo que realmente importa”, “al corazón encendido de Dios” que “guía y
alimenta nuestro avance personal y nuestros caminos comunitarios”.
Caminar
juntos como hermanos
Es fundamental,
de hecho, caminar juntos, como comunidad, como hermanos. León XIV cita la Carta
Encíclica Fratelli tutti, en la que el Papa Francisco nos “ha
invitado a encontrarnos en un nosotros que sea más fuerte que la suma de
pequeñas individualidades” y “a descubrir y transmitir la mística de vivir
juntos”. La Iglesia, recuerda el Pontífice, es “un sujeto comunitario e
histórico de la sinodalidad”, un organismo en el que “los lazos se transfiguran
en vínculos sagrados, en canales de gracia”.
Relacionarse
con Dios
La primera
relación que hay que cultivar, subraya el Papa, es la relación con Dios. Por
ello, “fundamental en la existencia de todo consagrado es la oración”, ese
“espacio relacional en el que el corazón se abre al Señor, aprendiendo a pedir
y a recibir con confianza”. "Orando - argumenta León XIV - testimoniamos
lo que realmente somos: criaturas necesitadas de todo, abandonadas en las manos
providentes y buenas del Creador”.
En esta
dialéctica entre herramientas digitales y relaciones auténticas, el “reunirse
para dialogar y confrontarse”, en este equilibrio de “luces y sombras”, el Papa
anima finalmente a aceptar el desafío “de integrar con equilibrio nova
et vetera”, cosas nuevas y cosas antiguas, cuidando y cultivando la
relación con Dios y con los hermanos, sin descuidar ni enterrar, por pereza o
por miedo, los nuevos talentos que el Señor pone en nuestras manos.
Daniele
Piccini
Ciudad del
Vaticano
Fuente: Vatican News