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| Adviento 2025, comienza un nuevo Año Litúrgico Crédito: ACI Prensa - EWTN. Dominio público |
¿Cuándo
empieza y termina el año litúrgico?
A diferencia del año civil que empieza cada 1 de enero, la Iglesia comienza su año litúrgico unas semanas antes, el Primer Domingo de Adviento. El Adviento es el tiempo de preparación para la Navidad.
El Año Litúrgico se
divide en 6 tiempos o estaciones: Adviento, Navidad, Cuaresma, Sagrado Triduo
Pascual, Pascua y Tiempo Ordinario.
Este
año el Primer Domingo de Adviento es el 30 de noviembre, primer día del año
litúrgico 2025-2026. El último día será el 28 de noviembre de 2026, sábado
posterior a la Solemnidad de Cristo Rey del Universo del próximo año.
Ciclos A, B y C (esquema trienal)
El Calendario
Litúrgico -la forma litúrgica como se ordena el año- está organizado
por ‘ciclos trienales’ (ciclos de tres años). Cada trienio se compone de un año
de ciclo A, un año de ciclo B y un año de ciclo C. Después de completar los
tres años, se vuelve a empezar (vuelta al ciclo A, y así sucesivamente).
¿Qué
caracteriza a cada uno de los ciclos (A, B,C) que componen un trienio?
Fundamentalmente lo que cambia es la liturgia de la Palabra, en concreto, las
lecturas bíblicas de la misa dominical son diferentes en cada ciclo. El trienio
A-B-C determina principalmente qué Evangelio es el que se debe leer cada
domingo.
Por
ejemplo, durante el ciclo A, el Evangelio dominical se toma de Mateo; en el B,
de Marcos, y en el C, de Lucas; el Evangelio de Juan se lee principalmente
durante la cincuentena de Pascua (Tiempo Pascual).
¿De
dónde proviene este ordenamiento? El Papa San Pablo VI, en su
Constitución Apostólica Missale
Romanum [Misal Romano], indica que “todas las lecturas
dominicales se dividen en un ciclo de tres años”. El Ordo Lectionum Missae (1969) [Orden de las
lecturas de la Misa] describe que a cada año litúrgico se le denominará “con
las letras A, B, C”. En la edición de 1981 del Ordo (edición
vigente) se precisa que todos los años que “son múltiplos de 3” serán de ciclo
C. Así, el 2025 ha sido ciclo C, y el 2026 será ciclo A.
En
consecuencia, este 30 de noviembre empezaremos nuevamente con el Ciclo A. ¿Qué
podemos esperar? Por ejemplo, este Adviento 2025 la primera lectura se toma de
los Profetas (isaías), la segunda lectura de una carta apostólica y el
Evangelio de Mateo. En el Tiempo Pascual, la primera lectura se tomará de los
Hechos de los Apóstoles; la segunda lectura de la Primera Carta de San Pedro
(en otros ciclos, como es el caso del ciclo B, la segunda lectura se toma de la
Primera carta de San Juan; y en el ciclo C, del Apocalipsis). La intención de
la Iglesia es que a lo largo del trienio A-B-C los fieles podamos escuchar los
cuatro evangelios completos.
Hay
algunos datos más que se pueden tomar en cuenta sobre los ciclos trienales: la
Primera Lectura de los domingos siempre se toma de alguno de los libros del Antiguo
Testamento, mientras que la Segunda Lectura, del Nuevo. La Primera carta a los
Corintios se lee en cualquiera de los tres ciclos; mientras que la Carta a los
Hebreos, que también se lee completa, ha sido dividida en dos ciclos, al igual
que otros textos. A esto se le denomina ‘esquema bienal’.
Año par e impar (esquema bienal)
Además
del ciclo trienal, la Iglesia Católica emplea la distinción entre ‘año par’ y
‘año impar’ (ordenamiento en ‘bienios’ o ciclos de dos años) para organizar las
lecturas bíblicas de las ‘ferias’ (los días de lunes a sábado) durante el
Tiempo Ordinario. En el Ordo de 1969 se especifica
que el “Año I” es para los “años impares” y “Año II” para los “años pares”. Por
lo tanto, el Calendario Litúrgico para 2025-2026 será ‘año par’.
En
la alternancia de los años pares e impares para los días feriales, se usan el
Leccionario I (para el año impar), y el Leccionario II (año par). Así, en este
ciclo 2025-2026 se usará el Leccionario II.
El
orden bienal responde a la intención posconciliar de expandir el rango de
textos bíblicos que los fieles pueden escuchar en las misas diarias.
¿Qué se busca con estos ordenamientos en la
Liturgia de la Palabra?
Toda
esta distribución de las lecturas, por ciclos A, B y C y por años pares o
impares, tiene como fuente inspiradora a la Constitución Sacrosanctum
Concilium del Concilio Vaticano II, en la que la Iglesia
expresa su vocación a poner más al alcance de los fieles “los tesoros de la
Biblia” a través de la celebración eucarística, “... de modo que, en un período
determinado de años, se lean al pueblo las partes más significativas de la
Sagrada Escritura” (Sacrosanctum
Concilium, 51).
Así,
al cabo de un periodo de tres años, los fieles habrán escuchado gran parte de
la Sagrada Escritura y profundizado más en su conocimiento.
Fuente: ACI
