¡Qué dulce al paladar tu palabra!
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Dominicas de Lerma |
Buenos días,
hoy Matilde nos lleva al Señor. Qué pases un feliz día.
En estos días
finales de septiembre, hemos celebrado la memoria de San Jerónimo. Y, siempre
que rezamos su oración, cada año, me entusiasma y me hace pedirle al santo “su
estima tierna y suave de la Palabra de Dios”
Estos dos
términos, “tierna y suave”, me dicen mucho al corazón. La “ternura” nos
recuerda a un niño que, en su indefensión y belleza, es todo blandura donde uno
puede entrar sin herir o avasallar. Y ¿Con qué podemos herir o avasallar a la
Palabra de Dios?, pues, con nuestros juicios y reflexiones. Y es que, la
Palabra no necesita de nuestro entendimiento para manifestarse. Ella, se revela
por el Espíritu Santo que es quien la ha provocado para que nos hable sin que
pongamos otra cosa que nuestra acogida, “tierna y suave”.
Y es también
“suave” porque cuando llega a nuestro corazón, lo hace casi siempre sin ser
percibida. Nada en Ella hay algo de abrupto o precipitado porque como sale del
seno de Dios, así llega a nosotros. Y, es que, la Palabra revelada es el mismo
Verbo de Dios que, ha deseado acampar entre nosotros.
En los salmos
se dicen cosas muy bellas de la Palabra, es “luz en mi sendero”, es “Palabra
que da vida”, es “como miel en la boca”, dulce y sabrosa, y… El que quiera
caminar por sus senderos que, se adentre en los salmos, deteniéndose en los que
ensalza la Palabra y, es cubierta por Ella.
Hoy, el reto
del amor es tomar la Palabra y abrirla por donde Dios quiera, ¡siempre se me
revelará como el Señor actuando en mi vida!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
08 octubre 2025
Fuente: Dominicas de Lerma