De la mano de María, la vida se ilumina
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| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Leti nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer tuve una
de esas tardes en que los problemas, las circunstancias y los acontecimientos
te superan, y al final pierdes la paz. Así llegué al rosario: con la cabeza
caliente y los pies fríos. Al sentarme a rezar, le pedí a María que me
devolviera la paz perdida. Y, poco a poco, según avanzaba en el rezo, la paz
empezó a volver. Me sentía tranquila. Pero lo que más me sorprendió fue que,
junto a la paz, llegó la luz para esa situación en la que no sabía qué hacer.
Esto ya lo he
experimentado otras veces, pero siempre me asombra ver cómo María no solo trae
la paz, sino también la luz. Ese es el gran misterio que encierra el Rosario:
un arma poderosa que, por su sencillez, a veces dejamos de lado. Pero cuando te
dejas agarrar por él, recibes un montón de bendiciones.
Así es María:
la mujer que, sin hacer ruido, se adelanta a los problemas para solucionarlos.
Lo vemos en Caná: solo ella se dio cuenta de que faltaba el vino y, sin hacer
ruido, lo solucionó. Llevó el problema a Jesús y pidió que hicieran lo que Él
dijera. Y así, la alegría no faltó en ningún momento. Porque María siempre ve
dónde hay necesidad.
Así quiere
estar también en tu vida: sin hacer ruido, anticipándose a lo que necesitas.
Porque una madre solo quiere el bien de sus hijos y lo da todo sin esperar nada
a cambio. Si le das la mano, Ella cuidará de ti, te guiará, te protegerá y te
amará. Pero, sobre todo, te llevará a su Hijo Jesús, la fuente de la vida, que
es lo que Ella más desea para ti.
Hoy el reto del
amor es rezar un misterio del Rosario, sin prisa, dejando que María te dé
aquello que más necesita tu corazón.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
25 octubre 2025
Fuente: Dominicas de Lerma
