EL PAPA LEÓN XIV ALERTA DE LA TENDENCIA A “RECHAZAR EL MATRIMONIO” Y PIDE FORTALECER LA FAMILIA

 En el ámbito pastoral —dijo el Papa—, no podemos ignorar las tendencias, en tantas regiones del mundo, a no apreciar o incluso a rechazar el matrimonio

El Papa bendice a una niña | Crédito: Vatican Media

El Papa León XIV advirtió este viernes sobre las tendencias en muchas regiones del mundo a “no apreciar o incluso rechazar el matrimonio”, y exhortó a promover políticas y acciones pastorales que fortalezcan la familia y acompañen a las nuevas generaciones en su camino de fe.

El Pontífice se dirigió a los docentes y estudiantes del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y de la Familia, reunidos en audiencia en el Vaticano. 

En su discurso, subrayó que el contexto actual exige una “reflexión profunda” sobre la preparación al sacramento del matrimonio, centrada en la acción de la gracia de Dios “en el corazón de cada hombre y de cada mujer”.

“En el ámbito pastoral —dijo el Papa—, no podemos ignorar las tendencias, en tantas regiones del mundo, a no apreciar o incluso a rechazar el matrimonio. Os invito a ser atentos, en vuestra reflexión sobre la preparación al sacramento, a la acción de la gracia de Dios en el corazón de cada hombre y de cada mujer”.

León XIV insistió en que la Iglesia está llamada a acompañar a los jóvenes con una mirada de misericordia y esperanza, incluso cuando sus decisiones no se ajustan al ideal cristiano del matrimonio.

“Aun cuando los jóvenes hacen elecciones que no corresponden a las vías propuestas por la Iglesia según la enseñanza de Jesús —afirmó—, el Señor sigue llamando a la puerta de su corazón, preparándolos para recibir una nueva llamada interior”.

El Papa instó así a los teólogos y agentes pastorales a encontrar un lenguaje capaz de comunicar con autenticidad el mensaje cristiano sobre el amor y la familia.

“Si vuestra investigación teológica y pastoral se arraiga en el diálogo orante con el Señor —dijo—, encontraréis el coraje para inventar nuevas palabras que puedan tocar profundamente las conciencias de los jóvenes”.

“Tensiones e ideologías que confunden los corazones”

Además, el Santo Padre alertó de que el mundo actual está marcado no solo por “tensiones e ideologías que confunden los corazones”, sino también por una creciente búsqueda de espiritualidad, de verdad y de justicia, especialmente entre los jóvenes. 

“Acoger y cuidar este deseo es para todos nosotros una de las tareas más hermosas y urgentes”, expresó.

El Pontífice también destacó que, pese a las dificultades que enfrentan hoy las familias, éstas siguen siendo “escuelas insustituibles de humanidad y de fe”.

“Permanecen como lugares donde se aprende a intercambiar el don del amor, de la confianza, del perdón, de la reconciliación y de la comprensión”, dijo.

Maternidad y paternidad, esperanzas para la sociedad

El Papa subrayó que la vida familiar “precede al estudio teológico y lo instruye”, especialmente a través del testimonio de entrega y santidad de tantas familias cristianas.

“Hay mucho que aprender en la transmisión de la fe, en la práctica cotidiana de la escucha y la oración, en la educación al amor y a la paz, en la fraternidad con el migrante y el extranjero, en el cuidado del planeta. En todas estas dimensiones, la vida familiar nos enseña antes de que nosotros enseñemos”, añadió.

“La maternidad y la paternidad, así custodiadas, no son en absoluto pesos que gravan sobre la sociedad, sino una esperanza que la fortalece y la renueva”, afirmó el Papa.

“En una sociedad que a menudo exalta la productividad y la velocidad en detrimento de las relaciones, se vuelve urgente devolver tiempo y espacio al amor que se aprende en la familia, donde se entrelazan las primeras experiencias de confianza, don y perdón, que constituyen el tejido de la vida social”, sostuvo.

“La vida humana es un don”

También recordó las palabras de su predecesor, el Papa Francisco, “cuando se dirigió con ternura a las mujeres embarazadas pidiéndoles que custodiaran la alegría de traer al mundo una nueva vida”, y reiteró que “la vida humana es un don y debe ser siempre acogida con respeto, cuidado y gratitud”.

“Ante la realidad de tantas madres que viven el embarazo en condiciones de soledad o marginación, siento el deber de recordar que la comunidad civil y la comunidad eclesial deben comprometerse con constancia para devolver a la maternidad su plena dignidad”, concluyó.

Por Victoria Cardiel

Fuente: ACI Prensa