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| Mons. Erik Varden y Moms. Raimo Goyarrola.. Dominio público |
Durante
años, el cardenal Anders Arborelius ha sido la figura referente del catolicismo
en los países escandinavos. Como muchos otros católicos del norte de Europa,
nació y se crio bajo la fe luterana hasta que en su juventud se convirtió al
catolicismo.
A sus 76 años, este cardenal de origen suizo, sabe que está ya de retirada. Ha servido como obispo en Suecia desde finales del siglo XX. Ahora, con el ocaso de la figura del cardenal Arborelius, emana a izquierda y derecha (geográficamente hablando) dos figuras mucho más jóvenes dispuestas a seguir con la evangelización de estos gélidos países.
De Noruega a Finlandia
En Noruega, el monje cisterciense Erik Varden, reconocido mundialmente por sus escritos y profundidad teológica, se erige en estos tiempos como una figura en alza, de quien no sería de extrañar que en un futuro no muy lejano pueda recibir el birrete cardenalicio de manos del Papa León XIV.
Monseñor Erik Varden es también converso del luteranismo y a sus 51 años aún tiene una larga trayectoria por delante en Noruega para seguir abriendo nuevas rutas de evangelización en el norte de Europa.
Desde Finlandia, otro obispo de 56 años le acompaña en esta labor de penetración del catolicismo en un ambiente luterano poco practicante. Se trata de un español del Opus Dei, monseñor Raimo Goyarrola, quien desde el año 2023 ejerce como obispo católico de todo el país finés.
Comunidades plurales y diversas
Con ambos obispos, el cisterciense Erik Varden y Raimo Goyarrola, ha conversado Religión Confidencial para conocer la realidad del catolicismo en los países escandinavos.
Tanto Varden como Goyarrola comparten que sus comunidades católicas son muy diversas y ricas en gentes. Monseñor Erik Varden afirma que en Trondheim, territorio noruego que él pastorea, “tenemos católicos de muchos orígenes, que representan unas 130 nacionalidades. Entre nosotros hay todo tipo de temperamentos y sensibilidades, así como todo tipo de antecedentes lingüísticos y culturales”.
Sin embargo, prosigue el obispo noruego, “esta diversidad encaja de alguna manera como un todo. Ser católico es ser capaz de subsistir con tensión; lo compruebo constantemente. La falta de una identidad nacional evidente nos obliga a arraigar nuestra unidad más profundamente, en el misterio de la fe. Eso es algo bueno”.
Un bonsai de la Iglesia universal
El bilbaíno afincado en Helsinki, Raimo Goyarrola, también resalta que en Finlandia cuentan con “católicos de más de 100 países y de todos los ritos de la Iglesia universal”.
Para monseñor Goyarrola, la Iglesia en Finlandia es “un bonsai de la Iglesia universal. Es una gran riqueza y un desafío colosal para poder atenderlos en una vasta superficie donde la iglesia católica más cercana puede estar a 100 o 200 km. Somos una Iglesia muy pobre y muy unida”.
“La diversidad cultural es una riqueza, y me emociona ver cómo la gente intenta conocerse y tratarse con afán de amistad. En nuestra Iglesia no hay odio o prejuicios. Rusos y ucranianos participan en la misma Eucaristía. No entiendo las divisiones, prejuicios o maledicencias dentro de la Iglesia. La falta de unidad es el mayor enemigo”, sostiene el obispo de Finlandia.
En ese sentido, explica Goyarrola que “para nosotros la oración y la Misa son muy importantes. Me emociona oír constantemente la petición de la gente de más iglesias, más sagrarios y más Misas”.
Por su parte, Erik Varden también tiene claro que dentro de estas comunidades “es importante fomentar las devociones populares y, especialmente, encender el amor por el Oficio Divino, un maravilloso tesoro de oración y un medio eficaz para rezar en comunión con todo el Cuerpo Místico”.
Números humildes pero en constante crecimiento
A pesar de esas comunidades tan plurales, monseñor Erik Varden incide en que “la prelatura de Trondheim cuenta con unas 18.000 almas”, y hace la siguiente comparación: "Eso es mucho menos que una parroquia suburbana de Madrid o Barcelona”, aunque Varden remarca que “lo importante no es contar cabezas. Lo importante es dar un testimonio coherente de la fe y ver que los corazones de las personas se animan al acercarse al Señor en su Iglesia. Esa es la maravilla que estoy viendo en pequeñas cosas, y doy gracias por ello”.
Los números de católicos que maneja Raimo Goyarrola para Finlandia son muy similares a los que tiene Varden en Trondheim. El obispo de Helsinki señala a Religión Confidencial que “oficialmente somos 17.500”, aunque acto seguido añade que piensa que “hemos llegado a 25.000”. “Han subido el número de participantes en todos los sacramentos, lo cual es una alegría inmensa. Las iglesias están llenas durante las Misas con gente fuera del templo por falta de espacio”, destaca.
Además, resalta que hace un mes inauguró una nueva iglesia en Helsinki dedicada a Santiago apóstol, aunque está alquilada a la Iglesia luterana. Tiene intención de comprarla en tres años si consigue el dinero necesario.
“En un mes usaremos otra iglesia luterana en el centro del país. En total usamos 20 templos luteranos y cinco ortodoxos en 33 ciudades. Sólo hay 8 parroquias católicas en 7 ciudades. Es decir, necesitamos 25 iglesias propias cuanto antes. Esto es un Tsunami espiritual. Sin dinero y con mucha fe”, añade el obispo español.
Goteo de primeras vocaciones nativas
A pesar de tratarse de comunidades de tamaños modestos, parece que empiezan a llegar los primeros frutos en forma de vocaciones.
Así lo confirma Erik Varden, que habla de “un goteo de nuevas vocaciones”. Según el obispos cisterciense, en su prelatura tienen a varios jóvenes que están discerniendo, y destaca que la tasa de solicitudes para el sacerdocio es buena, aunque subraya que “lo que necesitamos es un resurgimiento de la vida religiosa femenina. Cada vez veo más lo esencial que es para una parroquia contar con hermanas religiosas. Las hermanas construyeron la Iglesia en Noruega con su trabajo y su testimonio. Una de mis principales prioridades es fomentar este carisma. Una Iglesia sin monjas es una Iglesia desequilibrada, un cuerpo que cojea”.
Primer diácono y primer sacerdote
Por su parte, monseñor Raimo Goyarrola confiesa estar feliz “por haber ordenado a mi primer diácono permanente y a mi primer sacerdote”.
El obispo de Helsinki revela a Religión Confidencial el método que emplea para generar inquietud vocacional en el corazón de los jóvenes finlandeses: “En varias ocasiones he dicho al comienzo de la misa que durante la liturgia iba a rezar para que al menos un joven me diga después de misa que quiere ser sacerdote. Gracias a esta "graciosa ocurrencia" tengo a cuatro jóvenes que están discerniendo su vocación”.
Proximidad y cercanía con los fieles
Si hay algo que tienen claro ambos obispos, es que deben estar accesibles y al servicio de los fieles para conseguir que su labor evangelizadora sea más fructífera.
Monseñor Erik Varden señala que su principal prioridad como obispo es “alimentar la fe de los católicos presentes en el territorio, garantizando el acceso a los sacramentos, predicando y enseñando: el apostolado catequético e intelectual es primordial. Luego, por supuesto, soy consciente de nuestra tarea misionera”.
Varden afirma que “estamos llamados a dar testimonio de Cristo en un contexto cultural en el que el Evangelio ha sido en gran medida olvidado. No hace falta más de una generación para que se pierda el apego cultural residual a la fe: es una reflexión que da que pensar. La pérdida de ese recuerdo representa un fracaso. Al mismo tiempo, es una oportunidad. Ahora tenemos la oportunidad de predicar la oferta de transformación del Evangelio como algo nuevo. Y la gente está abierta a esa novedad”.
De modo similar ve el obispo Helsinki su tarea como sucesor de los apóstoles. Goyarrola subraya que su labor principal “es rezar por mi gente, alimentarlos con la Palabra de Dios, facilitarles los sacramentos y estar muy cerca de ellos, escuchando, queriendo y muchas veces solucionado sus problemas”.
“Creo que, si bien no "huelo a oveja " - como decía el Papa Francisco - porque aquí apenas hay, sí "huelo a reno" ya que abundan”, afirma Goyarrola quien enfatiza que está siempre disponible para cualquier persona y lo que esta pueda necesitar.
Encuentro de los obispos escandinavos con el Papa León XIV
Al poco de salir elegido León XIV como Papa, los obispos escandinavos tuvieron la oportunidad de mantener un breve encuentro con el Pontífice. Aunque no se trató de un acto oficial, “el Papa León nos recibió con mucho cariño y nos dirigió unas palabras de agradecimiento pues, según él, la Iglesia en los países nórdicos son un ejemplo para la Iglesia universal”, cuenta monseñor Raimo Goyarrola a RC.
El obispo de Helsinki explica que el Papa lo desglosó en tres puntos: “vida de piedad, facilitando la participación en los sacramentos; afán evangelizador, especialmente con los jóvenes, ofreciendo el evangelio como respuesta y modelo para sus vidas; y ecumenismo, con oración y diálogo”. En línea con lo anterior, el Santo Padre les animó a seguir poniendo los medios para llevar la alegría del evangelio de salvación a todos.
De ese encuentro con el Papa, monseñor Erik Varden destaca que les exhortó a permanecer fieles. “Y nos recordó que tenemos algo que ofrecer a la Iglesia universal. Le agradecimos ese recordatorio. Nos invita a mirar hacia fuera. Todos tendemos, cuando los recursos son escasos, a centrarnos en las necesidades inmediatas y locales. Existe el riesgo de caer en el ombliguismo. Sin embargo, la llamada cristiana es global. Es una llamada a mirar hacia los confines de la tierra. Así fue para los discípulos después de la Ascensión, tal y como se recoge al final del Evangelio de Mateo. Así es para nosotros ahora”.
Javier Arias
Fuente: ReligiónConfidencial
