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Rut y María ingresan en clausura. Dominio público |
En el corazón de Algezares, dos jóvenes han dado un paso inesperado que marca el inicio de una vida diferente. Su decisión ha conmovido tanto a la comunidad religiosa como a los vecinos.
En la pedanía murciana de Algezares se ha vivido en los últimos días un acontecimiento que ha captado la atención tanto de fieles como de vecinos. Se trata de la llegada de Rut y María, dos jóvenes que han decidido iniciar su vida religiosa como Hermanas Pobres de Santa Clara en el convento de clausura del municipio. Una noticia que ha sido recogida por La Verdad y confirmada por la Diócesis de Cartagena, y que marca un nuevo capítulo en la historia de esta comunidad franciscana.
Espiritualidad de las clarisas
Según publicó La Verdad, las puertas del convento se abrieron recientemente para dar la bienvenida a ambas, un gesto poco habitual en un espacio habitualmente reservado a la oración y la vida contemplativa. Rut y María, de 26 años de edad, han optado por dejar atrás su rutina diaria para abrazar la espiritualidad de las clarisas, un estilo de vida que supone renuncia, entrega y silencio, pero también una profunda unión con Dios y la comunidad.
Por su parte, la Diócesis de Cartagena explicó que este paso no se da de un día para otro, sino que es el fruto de un proceso de discernimiento y acompañamiento espiritual. Rut y María habían estado en contacto con la fraternidad de las Hermanas Pobres antes de dar este paso definitivo, compartiendo momentos de convivencia y oración que les ayudaron a confirmar su vocación. Con este ingreso, el convento de Algezares ve reforzada su comunidad, algo que no ocurre con frecuencia debido a la caída de vocaciones en buena parte de España.
Radicalidad y valentía
Las Hermanas Pobres de Santa Clara, conocidas popularmente como clarisas, siguen la espiritualidad de Santa Clara de Asís y de San Francisco. Su día a día se caracteriza por la vida en clausura, el trabajo manual, la oración continua y la fraternidad. En un mundo marcado por la inmediatez y la exposición pública, la decisión de estas dos jóvenes ha sorprendido tanto por su radicalidad como por su valentía.
La noticia ha generado una oleada de comentarios positivos en la localidad. Tal como recoge La Verdad, muchos vecinos se acercaron al convento en el momento de la entrada de Rut y María para mostrar su apoyo y su alegría. Algunos destacan que este gesto devuelve esperanza a una comunidad religiosa que durante años ha visto cómo el número de vocaciones disminuía.
Testimonio de fe que fortalece a la Iglesia diocesana
La Diócesis de Cartagena subrayó, además, que cada nueva hermana supone un testimonio de fe que fortalece a toda la Iglesia diocesana. Rut y María inician ahora un tiempo de formación, conocido como noviciado, en el que profundizarán en la vida franciscana y en las exigencias de la vida en clausura. Es un periodo clave en el que deberán confirmar su decisión antes de emitir los votos definitivos.
El convento de Santa Clara de Algezares, con siglos de historia, se convierte así en escenario de un acontecimiento que trasciende lo local. La entrada de nuevas hermanas no solo refuerza la comunidad interna, sino que también envía un mensaje de esperanza a toda la diócesis y a quienes ven en la vida religiosa una opción aún viva y actual.
Un total de 16 hermanas
María y Rut, a sus 26 años ambas, empiezan ahora una etapa como postulantes, un tiempo de adaptación a esta nueva vida que comienzan, y de preparación antes de pasar al noviciado en esta comunidad de la que ya forman parte, con las recientes incorporaciones, un total de 16 hermanas, informa la diócesis de Cartagena.
"Para ser de nuestra comunidad solo hace falta que Dios te llame y, desde ahí, abrirte un poco a la llamada", asegura sor Leonor Sánchez. "Siempre animo a no tener miedo, a abrirse a la posibilidad, porque esta es una forma de vida bella, una opción más de tantas que hay".
En los últimos dos años las Hermanas Pobres de Santa Clara del convento de Santa Verónica de Algezares han aumentado la comunidad en cinco hermanas. "Es una etapa muy bonita la que estamos viviendo y una bendición; estamos contentísimas al poder ver cómo el Señor sigue llamando y cómo hay almas generosas que siguen respondiendo a la llamada".
Sentido de la vocación en el siglo XXI
Este paso de Rut y María invita a reflexionar sobre el sentido de la vocación en el siglo XXI. Mientras muchos jóvenes buscan en la tecnología, los viajes o las redes sociales una forma de realización personal, ellas han optado por el silencio, la oración y el servicio a la comunidad. Una decisión que puede parecer contracultural, pero que al mismo tiempo conecta con una búsqueda profunda de autenticidad y sentido.
En definitiva, la llegada de Rut y María al convento de las Hermanas Pobres de Santa Clara de Algezares es un acontecimiento que ilumina la vida religiosa en Murcia y que aporta esperanza a una Iglesia que sigue abierta a quienes deciden entregar su vida de manera radical al servicio de Dios y de los demás.
Fuente: ReligiónConfidencial