Así, de entrada, el mismo Jesús, el Hijo de Dios, dice que “es
más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el
Reino de los cielos". El Señor dice “más fácil”, porque un rico tiene todo
en la vida “más fácil” que un pobre: EL RICO TIENE las cosas buenas y santas,
si quiere, pero también las cosas malas y pecaminosas. Y, como Jesús sabe ¡cómo
somos nosotros!, ES MÁS FÁCIL que el rico como “puede” se deslice por el
precipicio de la codicia, del placer, del egoísmo, de la soberbia, de la
crueldad. El POBRE TIENE MÁS DIFICIL pues "puede" poco, y tiene que
utilizar su dinero, y su tiempo, y todas sus fuerzas, en comida, vestido,
alquileres, colegios y… ya no le “dá pá más” la vida”. Pero dicho esto: AMBOS
reciben de Dios TODAS LAS LUCES A SUS ENTENDIMIENTO, Y TODAS SUS MISERICORDIAS
A SUS CORAZÓN PARA IR AL CIELO.
P. EVARISTO DE VICENTE