La protección del derecho a la vida “es esencial, ya que sustenta todos los demás derechos fundamentales”
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Misión Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas |
El secretario
para las Relaciones con los Estados del Vaticano, Mons. Paul R. Gallagher,
reafirmó ante las Naciones Unidas (ONU) el compromiso de la Santa Sede con la
promoción de la dignidad y la igualdad de las mujeres, pero advirtió que estas
metas no pueden alcanzarse sin respetar la dignidad “desde los no nacidos hasta
los ancianos”.
“La igualdad de
las mujeres no puede lograrse a menos que se respete la dignidad de todas las
personas, especialmente las más frágiles y vulnerables, desde los no nacidos
hasta los ancianos”, aseguró el arzobispo nacido en Liverpool (Reino Unido)
este martes.
Mons. Gallagher
dio su discurso en
el marco del trigésimo aniversario de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer
de Beijing (1995) y fue difundido por la Misión Permanente de la Santa Sede
ante las Naciones Unidas con sede en Nueva York.
Del mismo modo,
aseguró que la protección del derecho a la vida “es esencial, ya que sustenta
todos los demás derechos fundamentales”.
Asimismo Mons.
Gallagher reclamó una atención sanitaria integral y de calidad para las mujeres
embarazadas y, tras denunciar las altas tasas de mortalidad materna en los
partos, advirtió que no se puede responder con “soluciones falsas, como el
aborto”.
“Aunque las
tasas de mortalidad materna han disminuido significativamente desde 1990, los
avances se han estancado en los últimos años. Debe aumentarse el acceso a la
atención prenatal y a parteras cualificadas, así como a los sistemas e
infraestructuras de salud, y deben rechazarse las soluciones falsas, como el
aborto”, manifestó.
No centrarse
en cuestiones divisivas
Por ello,
manifestó que la Santa Sede espera que, “en lugar de centrarse en cuestiones
divisivas que no son necesariamente beneficiosas para las mujeres, los Estados
cumplan sus compromisos de garantizar la igualdad de las mujeres y respetar la
dignidad que les ha sido otorgada por Dios”.
Mons. Gallagher
recordó que la Declaración de Beijing —el compromiso adoptado por 189 países en
la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, organizada por la ONU en septiembre
de 1995 en China— fue un hito decisivo en la promoción de los derechos de la
mujer.
Sin embargo,
aseguró que hay temas que siguen “sin abordarse”.
En concreto, se
refirió a “la mayor tasa de pobreza extrema de las mujeres”, los “obstáculos”
para acceder a una educación de calidad o incluso “la exclusión de las mujeres
de la misma” y “sus salarios más bajos en el mercado laboral”.
Mons Gallagher
dejó claro que estas condiciones “impiden el pleno logro de la dignidad
igualitaria de las mujeres y su capacidad para desarrollar su potencial en
todas las esferas de la vida”.
Violencia
alarmante contra niñas y mujeres
Por otro lado,
puso el foco en la prevalencia continuada de “la violencia contra las mujeres y
las niñas” que, según indicó, es “profundamente alarmante”.
“Dondequiera
que se produzca, ya sea en el hogar, durante la trata o en situaciones de
conflicto y humanitarias, constituye una afrenta a su dignidad y una grave
injusticia”, señaló.
Asimismo,
observó que la tecnología también se está utilizando para “exacerbar ciertas
formas de abuso y violencia”.
Prácticas de
selección prenatal del sexo
En todo caso,
aseguró que la violencia no se limita “a la explotación sexual y la trata, sino
que incluye también las prácticas de selección prenatal del sexo y el
infanticidio femenino”.
“Estos actos,
condenados en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, siguen
provocando la muerte de millones de niñas desaparecidas cada año”,
apreció.
En este
sentido, insistió en que cualquier forma de violencia contra las mujeres y las
niñas es “inaceptable y debe combatirse”.
Por Victoria
Cardiel
Fuente: ACI Prensa